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Artículo

Jueves 9 de mayo de 2019

Gran éxito tuvo curso sobre afectividad y madurez

Más de cien agentes pastorales consagrados, entre sacerdotes, religiosas y laicos, participaron en el curso sobre afectividad y sexualidad que ofreció el padre Wenceslao Vial Mena, chileno radicado en Roma.

Fotos: Nibaldo Pérez

Periodista: José Francisco Contreras

Fuente: Comuinicaciones Santiago

Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl

El presbítero es médico cirujano, Doctor en Filosofía y Profesor por la Universidad de la Santa Cruz, Profesor de Psicología y Guía Espiritual del mismo plantel y autor de varios libros, en los que ha trabajado el tema de la madurez afectiva, psicológica y espiritual de las personas consagradas. Entre ellos, "El dolor, una puerta abierta", "Sé quién eres", "Construir una personalidad feliz" y "Madurez psicológica y espiritual".

El curso, que se desarrolló los días martes 7 y miércoles 8 de mayo en la sede arzobispal, fue organizado por la Vicaría para el Clero.

El padre Wenceslao resaltó avances entre miembros de la vida consagrada respecto de las materias que abordó en el curso y que trata en sus textos. Se ha avanzado, dijo, "integrando la sexualidad dentro del mundo afectivo, porque el mundo afectivo no es solo la sexualidad. La sexualidad es muy importante, abarca todos los aspectos de la vida, pero no es el único. Tenemos que aprender a conocer nuestras emociones, que son buenas, pero lo importante no es tanto como sentir rabia, sino sentir la emoción justa en el momento justo, en el lugar justo. Eso es lo que hay que educar".

Luego precisó que "se ha avanzado fundamentalmente volviendo a subrayar que Cristo es el centro de la vida de un presbítero y de cualquier religioso o consagrado. Mirar a Jesús e intentar ver a Jesús en los demás. En el campo de la sexualidad hablamos de una serie de cuidados que hay que tomar para no dejarse llevar por un instinto no controlado, que puede tomar las riendas de nuestra vida si no lo controlamos".

Durante el curso, los participantes recibieron la vista de monseñor Celestino Aós, quien concurrió a saludarlos, oportunidad en que los invitó a que "tratemos de ayudarnos a hacernos la vida un poco más feliz. La vida cristiana supone llevar la cruz detrás de Jesucristo, y en los momentos actuales parece que la cruz se agranda y es enorme".

Pidió también el pastor "procurar no dañar a nadie. En este momento es cuando más necesitamos el apoyo de los demás y cuando más necesitamos dar el apoyo a los demás". Y no hablar mal de los otros, recordando que el Papa Francisco llama a los que hacen esto como "terroristas espirituales", que dejan la bomba y se van.