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Domingo 1 de diciembre de 2024

“La alegría en el ministerio diaconal”, encuentro anual de Adviento

En el Santuario de Schoenstatt, los diáconos permanentes y sus esposas, de la Arquidiócesis de Santiago, participaron del encuentro anual de Adviento que realiza la Vicaría para el Clero, instancia que compartieron las reflexiones de Monseñor Fernando Chomali G., Arzobispo de Santiago de Chile y Monseñor Luis Migone, Obispo Auxiliar de Santiago, Vicario de la Vicaría para el Clero y Zona Oriente

Periodista: Marcia Vallejos

En ese sentido, los diáconos junto a sus esposas iniciaron la jornada con la oración de Tercia para dar paso a la reflexión inicial de monseñor Fernando Chomali G., Arzobispo de Santiago, quien en esta oportunidad destacó y agradeció en primera instancia la participación de los diáconos y sus esposas, “en tiempo donde falta ternura, agradezco su presencia y esa ternura que veo que tienen con sus parejas… Que se les note el sacramento del matrimonio, eso es una revolución, porque no estamos tratando mal”, afirmó.

Reflexión de monseñor Fernando Chomali G.

Es así como avanzada la jornada el Arzobispo de Santiago, expresó que al ver a los matrimonios vio reflejada la imagen de María, quien también tiene mucha ternura, pues hay espacios dentro del Evangelio en donde se detallan éstas acciones cuando va a visitar a su prima Isabel o la más importante cuando acepta ser la madre de Jesús. “Es hermoso vernos unidos, alegres, contentos y serenos, eso es muy importante”, reflexionó.

Sin embargo, mostró su preocupación al ver que hoy los jóvenes tienen desesperanza, y que eso se ve reflejado en el miedo que le tienen al futuro, “no tienen esperanza y eso me hace pensar en el evangelio donde dice: ´Yo estaré con ustedes hasta el fin de los tiempos´, y nosotros no tenemos derecho a estar desesperanzados, tenemos el deber de promover la esperanza”, afirmó.

El cardenal electo, enfatizó que en el anuncio del Evangelio está la importancia que tiene su palabra, lo que significa que “tenemos que seguir trabajando más y mejor, estamos viviendo tiempos urgentes, esto nos hace una invitación a trabajar todos juntos. Quiero que se sientan muy apoyados, que tenemos una fuerza importante, a través de la experiencia más sacerdotal y familiar”, afirmó.

Además, les agradeció por el trabajo que realizan en las parroquias, en las comunidades y añadió que “son muchos los sacerdotes que se sienten muy agradecidos de su apoyo y compañía, tengo sentimientos de mucha gratitud, y pido que haya más vocaciones, porque es un servicio sano, y necesario, que Dios siga generando vocaciones”.

Finalmente, monseñor Chomali enfatizó que como clero “tenemos una misión más importante que nunca para chile. Hay que trabajar, esforzarse para que renazca la confianza. Tenemos que ser una Iglesia militante, utilizar las redes para erradicar la desconfianza”, puntualizó.

Qué es el diácono permanente

El diacono permanente es un ministro de la Iglesia, que ha recibido la ordenación de las manos de un obispo, para el servicio a la comunidad a través del ministerio de la Palabra, de la liturgia y de la caridad, donde también tiene la posibilidad de animar comunidades cristianas y ámbitos de la vida eclesial como la educación, salud, social, entre otras.

Este ministerio solo lo reciben varones, quienes luego de realizar un proceso de discernimiento vocacional y, de un tiempo de formación son llamados por el obispo para su ordenación. Mayormente son casados y este proceso deben realizarlo en compañía de su esposa e hijos, además de contar con el consentimiento de éstos que es un paso importante dentro del proceso; si el hombre es soltero debe guardar el celibato.

Reconocimiento al ministerio diaconal de 25 y 30 años

A esta jornada anual de Adviento llegaron 150 participantes, momento en el que, además, la Vicaría para el Clero realizó un reconocimiento a cinco diáconos que cumplen 25 años de ministerio. Ellos fueron ordenados el 7 de agosto de 1999 en la Catedral Metropolitana por el Cardenal Arzobispo de Santiago, Monseñor Francisco Javier Errázuriz Ossa.

René Alvarado Favio, es uno de ellos y está asignado a la Parroquia San Pedro y San Pablo de la zona Sur, casado con María Elena Ponce, quien destacó que “tenemos la alegría de servir como dice el lema del encuentro. Hoy toma más relevancia nuestro servicio, porque hay muchas personas solas, enfermas, postradas y a través de nosotros ahí llega la Iglesia”, afirmó.

Su esposa, María Elena, añadió que “los diáconos son un gran aporte a la Iglesia porque primero mostramos a la familia y segundo, llegan a más gente porque hay escases de sacerdotes”.

También Álvaro Isamit Aliaga, quien está asignado a la Parroquia Nuestra Señora del Olivo de la zona Norte y casado con Inés Cornejo, afirmó que este ministerio “ha sido muy alegre el servir a la Iglesia por este ministerio. Saber que la comunidad puede contar con uno en todo momento, eso es bonito. Podemos ayudar a las familias en sus duelos y otros lugares, eso nos reconforta”, afirmo. Así también Inés, su esposa, añadió que “la esposa debe estar siempre dispuesta a acompañar a su esposo en este ministerio”. 

Además, reconocieron los 25 años de diaconado de Rubén Núñez Valenzuela, asignado a la parroquia San Francisco de los Pajaritos, zona Oeste, viudo de Inés Henríquez Canales. Augusto Enrique Saa Cesare, asignado a la Parroquia Santo Tomás Moro, zona Oriente y presta servicio en la Vicaría para el Clero, casado con Irma González. Y Hugo Zamorano Báez, asignado a la Parroquia San Juan de Dios de la zona Oeste, casado con Eliana Morales, quienes no pudieron asistir al encuentro.

Otro diácono que fue galardonado por cumplir 50 años de ministerio, es Osvaldo Garay Ramírez, de 85 años y que fue ordenado el 22 de diciembre de 1974 por el Cardenal Arzobispo de Santiago monseñor Raúl Silva Henríquez y presta servicios a la Parroquia San Crecente de la zona Centro y está casado con Cecilia Opazo, quienes llevan 60 años de matrimonio con cuatro hijos.

Para Osvaldo, este reconocimiento toma especial relevancia, pues el partió colaborando en la Vicaría para la Educación acompañando a los jóvenes, “ha sido una marca bien profunda, me gusta mucho poder estar con los chiquillos, aconsejarlos, jugar y compartir con ellos. Lo rico de este servicio es que se ha ido cumpliendo tener esa Iglesia en salida que ha pedido el Papa, la que no se queda en la parroquia, sino que sale a hacer la misión”, afirmó.

Por su parte, Cecilia, su esposa destacó que “somos colegas, (ambos son profesores de inglés) y tenemos la posibilidad de trabajar en conjunto, nuestros hijos también han participado con nosotros, lo han llevado bien, han sido acólitos y eso es hermoso”.

Vicario episcopal, monseñor Luis Migone

Por su parte, Monseñor Luis Migone, Obispo Auxiliar y Vicario para El Clero, en su mensaje destacó que, ad portas del Adviento hay que aprovechar este tiempo que trae esperanza y alegría a prepararnos a través de la liturgia que la Iglesia nos regala para prepararnos para recibir al Salvador.

Y es por ello que, destacó que es importante mantenerse cerca de Dios, y que la persona que no se dona “nunca va a ser alegre, porque siempre está pensando en lo que necesita y ahí no se va a sentir la alegría”, expresó.

Así también, manifestó que no hay que tenerle miedo a la rabia, sino que “hay que saber tratarla”, y para ello es importante “la aceptación de los que estoy viviendo, no hay nada más para pacificar el alma. Para esto debemos donarnos para recibir, pues soy en la medida que me voy dando, ese es un modo de crecer”, afirmó.

Monseñor Migone, además, explicó que en el Evangelio hay textos claros de como el Señor nos nuestra que para ser alegres debemos ser generosos, “el que está cansado que venga a mí y tome mi yugo. Es como cuando consolamos a otros nos consolamos a nosotros. Dios es nuestro consuelo, no debe ser como nosotros creemos que debe ser”, enfatizó.

El vicario para el Clero, invitó a los diáconos y a sus esposas a que disfruten la vida, “gócenla, el dolor no nos separa de la alegría, la cruz es el camino de la alegría, hay que abrazar la cruz del Señor”. Y añadió que, “así como la expresión de Jesús, “No tengan miedo, la paz soy yo. La fuente en la Iglesia es la vida de Dios, es amar”.

Finalmente, el Obispo Auxiliar de Santiago, recalcó que “el mundo está triste, angustiado, y necesita amor. Hay que disfrutar la vida y para ello, las esposas de los diáconos son la fuente, porque siempre es importante volver a la fuente”, les dijo a los diáconos.

  “El diaconado en el pensamiento del Papa Francisco”

Cada uno de los diáconos que participó de esta jornada recibió de manos de la Vicaría para el Clero el libro “El diaconado en el pensamiento del Papa Francisco”, escrito por el diácono Enzo Petrolino, ordenado el año 1993, es profesor de Teología y autor de numerosas publicaciones, además, de ser presidente de la Comunidad del Diaconado de Italia.

En este ejemplar, el autor reúne diferentes escritos del Papa Francisco sobre el ministerio del diaconado cuando ejercía su servicio episcopal en Buenos Aires y posteriormente en Roma. Es así como el Santo Padre pone en primer plano la necesidad del servicio de los diáconos, destacando su importancia, la difusión de la palabra, siendo un reto y misión para la Iglesia y cada uno de sus miembros.

La jornada concluyó con un espacio de conversación entre monseñor Migone y los asistentes, el rezo del Ángelus, una foto grupal y un compartir fraterno, donde se agradeció la participación de distintos diáconos con sus esposas en distintos servicios durante la mañana para animar los momentos con cantos y el matrimonio de Luis Tapia y su esposa, Berta Cid, quienes fueron los anfitriones del encuentro.