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Martes 29 de abril de 2025

Tras las puertas cerradas: así se elige al nuevo Papa y Chile estará presente

El fallecimiento del Santo Padre marca el inicio de un tiempo especial para la Iglesia: el inicio del cónclave, un tiempo de oración, discernimiento y espera, que culminará con la elección del nuevo Sucesor de Pedro.

Periodista: Nathalia Bolaños Rosero

Cuando las puertas de la Capilla Sixtina se cierran, comienza el silencio. Desde ese momento, todo sucede a puerta cerrada. Mientras tanto, la Via Pulchritudinis, permanecerá cerrada por el Cónclave, y el mundo entero extiende sus esperanzas a la espera de un “Habemus Papam”.

A partir del 7 de mayo de 2025, los cardenales electores están llamados a elegir el próximo Pontífice. Este sería el 76° de la historia de la Iglesia; el 26° celebrado bajo los auspicios del Juicio Final de Miguel Ángel.

Entre los 135 cardenales electores que entrarán en el Cónclave para elegir al 267º Pontífice, estará el Cardenal Fernando Chomali G., Arzobispo de Santiago de Chile, quién representará al pueblo chileno. Su presencia marca un hito para la Iglesia chilena, al ser el único cardenal chileno con derecho a voto en esta elección.

La distribución de los cardenales electores, la mayoría nombrados por Francisco, son así: 14 de Norteamérica, 53 de Europa, 23 de Asia, 23 de América Latina, 18 de África y 4 de Oceanía.

¿Qué es el Cónclave?

El Cónclave, es el escenario de la elección del nuevo Papa. En tal sentido, Juan Pablo II reafirmó su estructura esencial y ordenó que todos los procedimientos que conllevan a la elección tengan lugar exclusivamente en la Capilla Sixtina del Palacio Apostólico (Universi Dominici Gregis 1996)

¿Qué es el Cum-clave?

El término Cónclave, que deriva del latín 'cum-clave', designa un espacio reservado en la casa, precisamente 'cerrado'. En el lenguaje de la Iglesia se utiliza para indicar tanto el lugar cerrado donde tiene lugar la elección del Pontífice como el Colegio de Cardenales llamado a elegir al nuevo Papa.

¿Cómo se elige al nuevo Papa?

Tras la muerte del Pontífice, comienza la Sede Vacante (se refiere al período que transcurre entre el final del gobierno de un Pontífice y la elección de su sucesor en la Iglesia), periodo durante el cual el Colegio Cardenalicio asume la administración temporal de la Iglesia. Los cardenales se trasladan a Roma, donde se celebran congregaciones generales para preparar el cónclave y discutir sobre el perfil del nuevo papa y temas de organización

Posteriormente, se realiza el anuncio del cónclave, fijando su fecha de inicio. Los cardenales se alojan en la Casa Santa Marta y la Capilla Sixtina se cierra al público. El día señalado, se celebra la Misa Pro Eligendo Pontifice en la Basílica de San Pedro, marcando el inicio del cónclave, al que solo asisten los cardenales electores menores de 80 años.

Allí, bajo juramento de secreto, comienzan las votaciones. El primer día se realiza una votación, y a partir del segundo pueden realizarse hasta cuatro por día. Para que un candidato sea elegido, debe alcanzar los dos tercios de los votos. Si después de tres días no se logra, se hace una pausa de un día para oración y reflexión.

Tras cada ronda de votación, se queman las papeletas junto a productos químicos que generan humo: si es negro, significa que no hay Papa; si es blanco, indica que se ha elegido uno y que ha aceptado el cargo. Finalmente, con el humo blanco, se proclama el “Habemus Papam”: el cardenal protodiácono lo anuncia desde el balcón central de la Basílica de San Pedro ante la Iglesia y el mundo.

Un momento histórico para Chile

La participación del Cardenal Fernando Chomali G., arzobispo de Santiago de Chile es un acontecimiento significativo para la Iglesia chilena. En medio de desafíos y tiempos complejos en el país, su presencia como elector es un signo de esperanza, comunión, fe y compromiso fraterno al servicio de todos.

A la espera del 267º Papa

En el corazón de Roma, los frescos de Miguel Ángel contemplan en silencio la elección del Romano Pontífice. La “Via Pulchritudinis” permanece cerrada por el Cónclave, mientras que el mundo entero extiende su mirada y sus esperanzas a la espera conocer el nombre del nuevo Obispo de Roma