Viernes 18 de abril de 2025
Solemne celebración de la Pasión y Adoración de la Cruz en este Viernes Santo
La Catedral metropolitana de Santiago fue el epicentro de la proclamación del relato de la Pasión de Jesucristo y la Adoración de la Cruz este Viernes Santo, una ceremonia de profunda reflexión, presidida por el Cardenal Fernando Chomali G. Arzobispo de Santiago de Chile. La ceremonia congregó alrededor de 1.500 fieles, quienes se unieron en oración y meditación sobre el sacrificio de Cristo.
Fotos: Nazareth Quezada.
Periodista: Nathalia Bolaños Rosero
El templo se llenó de solemnidad cuando, en una procesión, el Cardenal, el Obispo, los sacerdotes y seminaristas, ingresaron al altar y se arrodillaron en señal de adoración y oración. La celebración continuó con la Liturgia de la Palabra, que concluyó con la proclamación de un texto del profeta Isaías y una carta a los hebreos, y finalmente, el relato de la Pasión y Muerte de Jesucristo, el cual fue cantado solemnemente y seguido con gran devoción por los presentes.
En su homilía, el Cardenal Chomali, destacó tres ideas fundamentales para vivir mejor como cristianos. En primer lugar, habló sobre las humillaciones y sufrimientos que todos han experimentado, reconociendo también, en ocasiones, que hemos causado sufrimiento a otros. “No hacemos el bien que queremos y hacemos el mal que no queremos. Pero, ¿Por qué es tan importante la resurrección de Jesucristo? Porque esa resurrección significa que Él, en su propia carne, vivió todas esas humillaciones.” Reflexionó el Cardenal
También, destacó que, el acto de sacrificio de Jesús no solo revela su amor por la humanidad, sino que insta a un aire esperanza de la resurrección, mostrando que el mal no tiene la última palabra, sino que es el bien, por obra divina, el que prevalece.
Además, invitó a los fieles a reflexionar sobre el profundo amor de Dios “Los animo a que todos tengamos en nuestra casa, en nuestro velador o donde sea, la frase de San Pablo: Me amó y se entregó por mí (Gálatas 2:20)”, afirmó como un recordatorio constante del amor de Cristo
Al terminar la homilía, el cardenal, el Obispo, los sacerdotes y seminaristas se acercaron a la imagen de la Cruz de Jesucristo para adorarle y besar sus pies, como un símbolo de amor al Hijo de Dios. Al final de la liturgia, los fieles también realizaron este gesto con un acto de gratitud y veneración
Esta solemne celebración recordó a todos los presentes el sacrificio de Cristo y la esperanza que se renueva en la resurrección, invitando a cada fiel a vivir el amor incondicional y transformador de Dios en sus vidas.