Martes 3 de diciembre de 2024
Encuentro de Catequesis para Personas en Situación de Discapacidad: Un llamado a construir una Iglesia acogedora
El pasado sábado 30 de noviembre, la Parroquia San Miguel fue el escenario del IX Encuentro Arquidiocesano de Catequesis para Personas en Situación de Discapacidad, organizado por el Departamento de Catequesis de la Arquidiócesis de Santiago. Bajo el lema “Descubriendo la experiencia de fe”, catequistas de diversos lugares participaron en una jornada de formación, reflexión y testimonio para avanzar hacia una catequesis más inclusiva.
Fuente: Vicaría para la Pastoral, Depto de Catequesis
El objetivo principal del encuentro fue profundizar en el primer anuncio de la fe a personas y familias en situación de discapacidad, ofreciendo herramientas prácticas y orientaciones inspiradas en el Directorio para la Catequesis, que promueve un acompañamiento pastoral verdaderamente inclusivo.
EL encuentro contó con la participación del padre Rodrigo Cordero, director del Departamento de Catequesis del Arzobispado de Santiago, quien alentó a los asistentes a renovar su compromiso con una catequesis inclusiva.
“La catequesis no es solo enseñar; es acoger, abrir las puertas y los corazones para que cada persona, desde su propia realidad, se sienta parte del cuerpo de Cristo. Este encuentro es una invitación a reflejar el amor de Dios para todos”, señaló.
El sacerdote enfatizó que la inclusión no debe ser vista como una moda, sino como una exigencia del Evangelio: “No hablamos de inclusión como una moda, sino como una exigencia del Evangelio. Todos estamos llamados a ser partícipes del amor de Dios, y eso no puede tener barreras físicas ni espirituales”, expresó, animando a los catequistas a seguir formándose y compartiendo herramientas prácticas para acompañar estos procesos. “Cada esfuerzo que hagamos por incluir es un acto de amor que multiplica la presencia de Cristo entre nosotros”, añadió.
Formación para una catequesis inclusiva
La jornada comenzó con un momento de oración, seguido por una exposición a cargo de Sandra Carvacho, psicóloga y catequista de la Zona Norte. Durante su intervención, destacó la importancia del lenguaje inclusivo y el acompañamiento pastoral, señalando la necesidad de adaptar los procesos catequísticos a las diversas realidades de las personas con discapacidad:
“La neurodiversidad, por ejemplo, nos recuerda que el cerebro aprende de manera distinta. Como catequistas, estamos llamados a buscar recursos y herramientas que respondan a las necesidades específicas de cada niño o adulto. No es solo enseñar, es acompañar con amor y paciencia”.
Sandra, quien trabaja con personas en situación de discapacidad intelectual, añadió:
“Cuando adaptamos nuestras catequesis, no solo estamos enseñando; estamos aprendiendo a mirar con los ojos de Dios, que siempre incluye, nunca excluye”.
Posteriormente, la hermana Claudia Hernández Vega, HCJC, miembro del Departamento de Catequesis, reflexionó sobre el desafío de transmitir el mensaje de Jesús desde el Magisterio de la Iglesia.
“El mensaje de Jesús trasciende nuestras limitaciones y responde al deseo universal de amor y plenitud. La catequesis inclusiva es una invitación a proclamar este anuncio con creatividad, empatía y respeto por las capacidades de cada persona”, destacó.
Testimonios que inspiran
Entre las participantes destacó Elsa Cornejo, catequista de la Parroquia Santa Cristina de San Joaquín, quien compartió su experiencia trabajando con niños en el espectro autista:
“Es un desafío, pero también un regalo. Estos niños nos enseñan que el amor y la paciencia son claves para transmitir la fe. Ver cómo se integran y participan, cada uno desde sus capacidades, es un aprendizaje para todo el grupo”.
Elsa también animó a otros catequistas a involucrarse en este tipo de experiencias:
“Les diría que lo vivan, que lo disfruten y que lo vean como un regalo. Es un camino desafiante, pero profundamente enriquecedor, que nos muestra cuánto amor podemos dar y recibir”.
Un momento emotivo fue el testimonio de Andrés y su madre, Juanita Pérez, beneficiarios de esta catequesis inclusiva. Andrés relató su experiencia con entusiasmo: “Fuimos invitados a la catequesis en un vía crucis. Mi mamá creía que no estaba preparado debido a mis problemas cognitivos, pero el tiempo pasó y hoy me siento alegre y entusiasmado. Ahora formamos un grupo llamado Los Amigos de Jesús. Para Dios somos todos hijos de Él, y por eso la Iglesia debe comprometerse a incluirnos y no dejarnos de lado”.
El padre Francisco Araya, de la Parroquia Santa Catalina, también compartió su experiencia. Desde su etapa como seminarista, ha acompañado procesos de catequesis inclusiva y sigue promoviendo esta labor en su parroquia.
Finalmente, las catequistas de la Zona Oriente, Elizabeth Vicuña, Yasna Narea y Mariela Maldonado, ofrecieron herramientas prácticas a los asistentes, como la enseñanza de palabras en lengua de señas y técnicas universales para adaptar la catequesis a las necesidades de las comunidades.
Este encuentro finalizó con el desafío de que ser una Iglesia inclusiva no es solo una misión, es una forma concreta de vivir el Evangelio.