Monseñor Aós: "Estamos en un momento para construir un camino diferente"

Así lo señaló con fuerza al administrar el sacramento de la Confirmación a setenta jóvenes y adultos de la parroquia N. S. de la Visitación, en la Ciudad Satélite, de Maipú, Zona Oeste, junto al vicario, padre Eduardo Howard, y al párroco, padre Manuel Reyes.

Fotos: Nibaldo Pérez

Periodista: José Francisco Contreras

Fuente: Comunicaciones Santiago

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Francisco Pérez, animador de confirmación del segundo año, relató que durante casi dos años los grupos de preparación se reunieron todos los sábados para abordar temas como el conocimiento de Dios, la Biblia, los santos, los mandamientos y actividades motivadoras. "Para mí ha sido un honor. Ellos se ganaron mi amor y los quiero como hijos míos", expresó.

El vicario de la Zona Oeste, padre Eduardo Howard, dio la bienvenida al obispo, le aseguró la oración de sus fieles por ministerio episcopal que Dios le ha encomendado, y garantizó que los confirmandos se han preparado adecuadamente para recibir este sacramento de Iniciación Cristiana.

Ser cristianos no solo de palabra
En su homilía, el Administrador Apostólico de Santiago, monseñor Celestino Aós, explicó que "confirmarse es repetir esta profesión de fe: 'Jesucristo será el Señor de mi vida'. Es una bendición de Dios la fe que hemos recibido, es el Espíritu Santo el que les va a llevará a decir 'Jesucristo es el Señor', que es una proclamación tremendamente profunda", refiriéndose a las circunstancias en que cristianos han testimoniado su fe hasta el martirio, como en el imperio romano".

Luego el pastor sostuvo: "Ser cristiano es una cosa hermosa. Es afirmar que si lo que dicen los demás -no importa si lo dicen cinco, quinientos o millones- va en contra de Jesucristo, no cuenten conmigo, ni para la violencia, ni para la corrupción, ni para una sexualidad desordenada, ni para vivir para el dinero. ¡Mi Señor es Jesucristo! Ser cristiano también en Chile hoy es estar dispuesto a hacer el bien incluso a aquellos que nos hicieron mal. Jesucristo fue claro y es tajante también para nosotros hoy: Si ustedes hacen el bien a los que son sus amigos y los tratan bien, eso lo hacen también los paganos, los que no creen. Ustedes hagan el bien a todos. Y si esa persona no te saludó, salúdala; si habló mal de ti, no hables mal de ella. ¡Haz el bien! ¡Jesucristo es claro y contundente; hagan el bien a los que los persigan y calumnien, recen por ellos, así se sabrá que son discípulos del Padre del cielo!".

Agregó que "en este momento los cristianos no estamos en Chile para ser jueces de nadie. Estamos en un momento hermoso de nuestra historia para construir un camino diferente. Cuando algunos optan por la violencia, nosotros decimos 'yo voy a ser un hombre, una mujer de paz'. Cuando algunos optan por la corrupción, 'yo voy a tratar de ser una persona honesta' (...) Que nuestro cristianismo no sea solo de palabra, sino que de verdad seamos personas que, movidas por el Espíritu Santo, hagamos el bien, que seamos capaces de amar a Dios y a los demás".

En seguida, ante un templo repleto de familiares y amigos de los confirmandos y de fieles en general, el obispo, junto con el vicario zonal ungieron con el Crisma, acogieron la profesión de fe e impusieron las manos a los setenta jóvenes y adultos de la comunidad parroquial, de las capillas N. S. de Belén, San Juan y Jesucristo Misionero, y del colegio Los Alpes.

Kristel Jaime, cuarto medio, una de las que recibió el sacramento, comentó que este tiempo de preparación le sirvió para "aprender hartos valores, como la solidaridad, tema que trabajamos mucho con mis compañeros. Se aprende de las demás personas, a confiar en ellas y a amar a Dios. Estoy muy ilusionada, porque estaba esperando esto hace tiempo, así que estoy muy emocionad, y después quiero ser animadora de Confirmación".