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Sábado 28 de septiembre de 2019

El espíritu de San Vicente de Paul está vivo en Chile

La afirmación la hizo este viernes 27 el obispo Celestino Aós, al presidir la misa en el día patronal de los religiosos vicentinos, en la iglesia de la congregación en la Alameda, que se llenó con miembros de los diversos carismas surgidos a la luz de san Vicente.

Fotos: Omar González

Periodista: José Francisco Contreras

Fuente: Comunicaciones Santiago

Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl

La suspensión del tránsito vehicular en esa arteria por la marcha contra el calentamiento global retrasó la llegada del administrador apostólico, momento que aprovechamos para conversar con el padre Fernando Macías, superior mayor desde hace diez años de la congregación San Vicente de Paul en Chile. Nos cuenta que son cuatro mil religiosos en todo el mundo y en Chile son27, además de 80 religiosas vicentinas y cuatro seminaristas.

Los sacerdotes atienden dos parroquias en La Serena, dos en Valparaíso, una de ellas, San Vicente de Paul, en Playa Ancha, la más antigua, con más de 120 años; dos parroquias en Santiago, una en Collipulli, Temuco; una en Valdivia, una en Osorno, otra en Punta Arenas y dos parroquias en Tierra del Fuego.

En otras partes del mundo tienen colegios, universidades o servicios de capellanía en cárceles y hospitales, "es decir, los servicio de la misión y la caridad, que son las dos miradas de san Vicente", comenta el padre Fernando.

Monseñor Celestino Aós resaltó en su homilía las virtudes de san Vicente de Paul y las pruebas por las que pasó, y cómo al momento de su muerte pidió hacer una confesión general, para pedir perdón por los pecados de toda su vida. Señaló que la meta del santo fue servir a los pobres y llegar al alma de las personas. Agregó: "Nosotros, la Iglesia en Santiago, damos gracias a Dios porque entre nosotros está vivo el espíritu vicentino" a través de las diversas entidades formadas en torno a este carisma. "San Vicente nos enseña a conjugar la oración con la acción. Sin oración, poco podemos". Luego, el obispo recordó una enseñanza del santo que dice: "El servicio a los pobres ha de ser preferido a todo y hay que realizarlo sin demora". Por eso si en el omento de la oración hay que atender una necesidad de un pobre, ese servicio es una prolongación de la oración, dijo.
Por último, el Administrador Apostólico de Santiago pidió a san Vicente de Paul por la Iglesia, "que nosotros podamos amar lo que él amo y practicar lo que él enseñó; que procuremos vivir en la luz, que es Jesucristo, pero que si tenemos que reconocer nuestros pecados, incluso en una confesión general, estemos ciertos de la misericordia de Jesucristo".

La familia vicentina en Chile la forman las Hijas de la Caridad, que es la congregación de religiosas más grande en el mundo, y que atienden en hospitales y colegios; además, organizaciones laicas como la Asociación de la Medalla Milagrosa o Virgen de los Rayos, que es la patrona de los vicentinos; la Asociación San Vicente de Paul, que tiene hogares de ancianos y de niños, y grupos de caridad que sirven en las periferias. Los vicentinos llegaron a Chile en 1854.