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Martes 13 de mayo de 2025

Cristo de Mayo: 378 años de fe, memoria y esperanza para Chile

Con una emotiva procesión por las calles del centro de Santiago y una eucaristía presidida por Mons. Álvaro Chordi Miranda, Vicario de la Zona Centro, la comunidad celebró este martes 13 de mayo los 378 años de devoción al Cristo de Mayo, también conocido como el Señor de la Agonía.

Periodista: Nazareth Quezada A.

Desde el Templo de San Agustín, cientos de fieles acompañaron la imagen histórica que se ha convertido en símbolo de esperanza desde el terremoto de 1647. Como cada año, la figura recorrió su tradicional ruta recordando la noche en que, según la tradición, quedó milagrosamente intacta tras el devastador sismo que azotó la ciudad.

Durante la homilía, el vicario recordó que este acto de fe no solo es una expresión de religiosidad popular, sino también un testimonio público que renueva el espíritu de unidad en medio de los desafíos de la vida. “La cruz está plantada en cada rincón de nuestra historia, en cada persona que sufre”, expresó. Invitó a los presentes a ofrecer sus dolores y los de quienes los rodean ante el Cristo de Mayo, reconociendo en cada rostro herido el rostro del mismo Cristo.

Entre los asistentes se encontraba Rosario, apoderada del Colegio San Agustín, quien comentó que “la experiencia del Cristo de Mayo, como imagen histórica, llama a vivir una peregrinación, incluso a quienes no son tan creyentes. Después de la pandemia, la fe se hace aún más necesaria, y esta es una muestra de que Cristo sigue con nosotros”. Para ella, que ya había asistido a la procesión el año anterior, la presencia del Cristo fuera del templo tiene un fuerte valor simbólico y evangelizador, especialmente para quienes se han alejado de la Iglesia.

En medio de los cantos, oraciones y momentos de recogimiento, también se podía escuchar a Carmen y Bernadita, dos mujeres que han acompañado esta tradición por años. “Ella venía sola cuando la misa era a las nueve de la noche. Llegaba a la casa a la una de la mañana. Antes la procesión era larguísima, pasábamos por el costado del cerro Santa Lucía”, rememoraban con nostalgia. Para ellas, el Cristo de Mayo representa historia, protección y milagros: “Es de lo poco que nos va quedando, que dice ‘esto es nuestro, esto es chileno’”.

La celebración coincidió con la festividad de la Virgen de Fátima, y fue un momento propicio para encomendar a los enfermos y a todas las personas que sufren, pidiendo a María que acompañe a su pueblo con ternura y consuelo. Al finalizar la eucaristía, Mons. Chordi destacó la figura del Papa León XIV y su lema episcopal inspirado en San Agustín: In illo uno, unum sumus (“En el único, todos somos uno”), recordando el llamado a una Iglesia unida, pero no uniforme, centrada en Cristo resucitado.

La devoción al Cristo de Mayo sigue viva después de más de tres siglos, convocando a creyentes y curiosos en un encuentro donde la fe se expresa en comunidad, en silencio, en oración y en esperanza. Porque, como se repitió en más de una ocasión durante la jornada, ¡Viva el Cristo de Mayo!