Lunes 11 de enero de 2021
Con análisis sobre Fratelli tutti culmina Escuela de Verano 2021
En un inédito formato digital, más de mil personas participaron de este ciclo formativo, que tuvo como actividad de cierre, la reflexión sobre las enseñanzas y desafíos presentes en la última encíclica social del Papa Francisco.
Periodista: Danilo Picart
Fuente: Iglesia de Santiago
Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl
El sábado 9 de enero, consagrados, agentes pastorales y laicos de diversas partes del país se conectaron digitalmente para vivir la jornada de finalización de la Escuela Arquidiocesana de Verano 2021. Con tres invitados del ámbito teológico y pastoral, la jornada profundizó en el llamado que realiza Papa Francisco en la encíclica Fratelli tutti, en favor de fomentar la cultura del encuentro y que reconozca la dignidad de todas las personas.
La jornada comenzó con el saludo del arzobispo de Santiago, cardenal Celestino Aós, quien valoró el compromiso y adhesión de los laicos, en la formación permanente, pues “un cristiano no puede quedarse pasivo, ha de formarse y esto implica el estudio; la información; la acción o el comportamiento y la oración o la celebración”.
Monseñor Aós, finalizó su mensaje afirmando que “son muchos los desafíos o problemas que tenemos que enfrentar. Pero con esta mente abierta, con este corazón generoso y con la oración que nos llena de esperanza, nos ayudaremos unos a otros como hermanos y el Espíritu Santo nos guiará”.
Una encíclica que “abre nuevos caminos”
Sandra Arenas, Doctora en Teología Sistemática y decana de la Facultad de Ciencias Religiosas y Filosofía de la Universidad Católica de Temuco, fue la primera expositora que tuvo esta jornada. La académica compartió algunas reflexiones teológicas sobre los aspectos que presenta esta encíclica social, destacando que se trata de una “carta abierta” del Papa Francisco en tiempos oscuros y que advierte una atención específica con lo que ocurre con las iglesias locales.
“Esta encíclica abre nuevos caminos, pero el terreno sobre el que nos encontramos ha cambiado, a tal punto que hablar hoy del amor fraterno suena desactualizado y a la vez, revolucionario”, sostuvo. Ya sea por el escenario sociopolítico que vive gran parte del mundo, sumado al rol del cristiano en la sociedad, la teóloga asegura que existe un gran desafío para plasmar la invitación presente en la encíclica, pues “Fratelli Tutti está anclada en un llamado persistente y profético a mirar más allá del «yo» y del mundo que vemos frente a nosotros. Más allá de nuestra gente, tribu y nación, hacia todos los pueblos del mundo con quienes compartimos una naturaleza humana común y un lugar común”.
La antropología del encuentro
Javier Melloni SJ, teólogo y escritor italo-catalán fue el segundo expositor que tuvo esta jornada y analizó la interculturalidad y el diálogo interreligioso, presentes a lo largo de la encíclica. “La riqueza de Fratelli Tutti está en que Papa Francisco lo aplica a diferentes niveles: en la relación interpersonal; en el encuentro entre las culturas y en el encuentro entre las religiones. Dejando bien claro que la fuerza del encuentro está en que cada uno se encuentra con la otra persona, no relativizando lo propio, sino que ofreciendo lo que tiene al otro. Y si lo ofrece, es porque cree profundamente en el valor de lo que está ofreciendo”.
Ante las críticas que esbozan que la encíclica habla sobre el globalismo, aclaró Melloni, es justamente lo contrario. “Lo que el Papa propone en esta encíclica es una universalidad fraternal o una fraternalidad universal, cuyo eje está puesto en la mirada en los más desfavorecidos y los más sufrientes. Presentando una fina articulación entre lo universal y lo particular, lo global y lo local. Algo que es difícil y donde está el reto que existe por delante”.
Llamado a no perder la esperanza
Nelly León, religiosa y capellana del Centro Penitenciario Femenino de San Joaquín, y Delegada Episcopal para la Pastoral General de la Diócesis de San Felipe, se centró en las pistas y desafíos pastorales que propone el Papa Francisco en la encíclica, subrayando que durante este año, con pandemias, crisis sociales y crisis eclesiales, “hay un grupo importante de personas que se han mantenido fieles, y no han perdido la esperanza. Ellas han sido capaces de reconocer el seguimiento de Jesús de Nazareth y no de personas, sacerdotes, religiosas ni obispos. Son seguidoras de Jesús de Nazareth en esta Iglesia, que es santa y a la vez, pecadora”.
En su exposición, la religiosa compartió su experiencia en la pastoral carcelaria, donde ha visto el deseo de restaurar la justicia en distintos sectores marginados de la sociedad. Ante este escenario, exhortó, “debemos hacer propio el llamado a no perder la esperanza. Como Iglesia chilena tenemos mucho que reflexionar, nos ha tocado por gracia vivir una crisis eclesial profunda; una crisis social y una crisis social. ¿Es para que estemos con depresión y con psiquiatra? No. Volvamos a Galilea, volvamos a encontrarnos con Jesús de Nazareth, volvamos a abrazarlo y desde ahí, estoy segura que recuperaremos la esperanza”.
Desafíos pastorales que se avecinan
Una vez terminadas las presentaciones, el Vicario Pastoral, padre Carlos Godoy fue el encargado de cerrar la Escuela Arquidiocesana de Verano, instando a que los contenidos aprendidos sean de utilidad para abordar la labor pastoral en tiempos de pandemia y de crisis sociopolítica. Ante ello, “será un desafío profundizar y tener mayor dedicación en generar caminos de encuentro para enfrentar los desafíos que se nos presentan, además de un mayor compromiso de nuestra identidad cristiana con la transformación del mundo (…) Con todo, laicos y pastores tenemos la linda oportunidad de renovar nuestra misión. Hay algunas certezas que se han ido descubriendo, en especial en las diversas instancias de escucha y reflexión que ha ido promocionando nuestra vicaría pastoral, a lo largo de este período”, precisó.
De forma inédita, este ciclo de formación fue realizado a través de cursos online, entre los días 4 y 9 de enero, en que se tuvo como marco inspirador la encíclica social Fratelli Tutti y fue organizado en conjunto por las vicarías, departamentos y delegaciones de la Arquidiócesis de Santiago. La oferta programática de la escuela tuvo una variedad de temas, que abordaron unidades sobre oración cristiana, a cuestiones tan prácticas como la alfabetización digital para agentes pastorales.
Testimonios
Yoana Henríquez, parroquia San José, del Arzobispado de Concepción.
“Me fascina esta escuela de verano, porque me ha permitido participar. Quise conocer la encíclica Fratelli Tutti para saber lo que el Papa Francisco nos quiere dar como mensaje para todos los cristianos, poder formarnos. Me encanta la forma de trabajo, porque no se trata de una persona que esté exponiendo sobre un tema, sino que se ha podido compartir con las realidades de toda la iglesia, en tiempos de pandemia, conocer nuestras realidades, anhelos y deseos”.
Patricio Romero, parroquia Santísimo Sacramento, Santiago.
“Al realizar la lista de cursos ofrecidos en este verano y que realmente me interesó, fue el curso de alfabetización digital, que es un curso de uso y aplicación inmediata. Si queremos entregar un buen mensaje, debemos estar al día y prepararnos en todas las plataformas para enviar y recibir mensajes. Dios no busca a los capaces, sino que hace capaces a los que busca”.
Andrés Ramírez Sánchez, parroquia Buen Pastor, Macul
“Después de trabajar por años en la escuela de Macul, el ser un participante más fue una experiencia muy gratificante y un comienzo de enero muy relajado. Aún recuerdo los días en que conversábamos con el equipo zonal de esta modalidad y surgían muchas inquietudes. Creo que el desafío se ha superado, pues esa distancia física se ha podido vivir un encuentro humano que debiera ser junto con el encuentro con Cristo, el pilar de toda instancia formativa”.