Sacerdotes jóvenes se reunieron con obispo Aós

Uno de los temas conversados fue el secreto de confesión, que monseñor Aós reiteró que "es inviolable". También la realidad de abusos sexuales dentro de la Iglesia, respecto de la cual el pastor recalcó que la preocupación pastoral "tiene que ser con todos", tanto con las víctimas como con los abusadores. Planteó como un desafío la forma de integrar esta realidad en la vida de fe de la comunidad afectada por esos hechos, a los que calificó de "graves y abominables". Pero que también hay que mirar lo positivo de cada comunidad cristiana, expresó.

Otro aspecto que abordaron con el obispo fue el sistema de trabajo de los nuevos sacerdotes, que no tienen que hacerlo todo, sino compartir las tareas parroquiales. "A veces los métodos que tenemos son malos, pero no los cambiamos", reconoció el obispo.

Ante una pregunta de cómo acompañar a algún sacerdote amigo que ha cometido abuso o ha dejado el ministerio, monseñor Celestino Aós dijo que "amar a los que se portan bien es más fácil, pero a los que no, es difícil". Sin embargo, añadió que no hay que confundir el amor con la amistad, porque amar es también decir la verdad. "No podemos justificar la actitud de un sacerdote porque es mi amigo", aseveró, y reiteró que las víctimas siempre deben ser prioridad en la preocupación pastoral, "pero los que delinquen también son nuestros hermanos". El Administrador Apostólico de Santiago reconoció que es una "herida dolorosa descubrir el mal en una persona que amamos".

Uno de los participantes en el encuentro de sacerdotes jóvenes, el padre Ricardo Acosta, párroco de la parroquia San Esteban, de Puente Alto, señaló que "siempre encontrarnos entre los hermanos es muy importante, porque es volver a la fuente primera, reencantarse con el ministerio. Con seis años de sacerdocio, el desafío es asentar todas las bases de la vida ministerial y apuntarlas siempre para adelante, de la mano del Señor, haciendo que la comunidad se vaya regenerando, después de tantos problemas, y enamorándose profundamente del Señor".

Por su parte, el padre Francisco Ibáñez, de la Vicaría para el Clero y formador del Seminario Pontificio Mayor, precisó que este encuentro se realiza desde hace cinco años para acompañar a los sacerdotes que llevan hasta seis años de ministerio. En esta oportunidad, hubo una exposición del padre Juan Díaz SJ, y luego un diálogo para conversar acerca de la experiencia de ser acompañados, también de acompañar a otros, de las dificultades y bondades encontradas en el ejercicio ministerial y la práctica pastoral a futuro. "Ha sido un encuentro muy fraterno, muy franco, de compartir lo que han sido estos primeros años de sacerdocio", dijo el padre Francisco.

A partir de este año habrá un ciclo de encuentros con sacerdotes de todas las edades, pensados como momentos fuertes de formación permanente para el clero, indicó el presbítero.

Con sacerdotes ancianos y monjas de claustro

Desde Punta de Tralca, monseñor Celestino Aós regresó a Santiago, para visitar el Hogar Santo Cura de Ars, en avenida El Bosque, de Providencia, donde dialogó con cada uno de los presbíteros ancianos o enfermos que allí se hospedan. El pastor conversó con los sacerdotes y luego compartió con ellos la hora del te.

Posteriormente, y en forma sorpresiva, efectuó una visita a las religiosas Carmelitas Descalzas, de Pedro de Valdivia, que llevan una vida de claustro, en oración y trabajo.