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Lunes 14 de enero de 2019

Comunidad de Tiltil contará con capilla gracias a jóvenes voluntarios

La comunidad Sagrada Familia, del sector Alto el Manzano en Tiltil, contará después de once años con un lugar físico para vivir la fe comunitariamente.

Fotos: Omar González

Periodista: Natalia Castro

Fuente: Comunicaciones Santiago

Link fuente: http://www.iglesiadesantiago.cl/

Esto será posible gracias al esfuerzo de los jóvenes voluntarios de Capilla País.

Es mediodía de un viernes en Tiltil. Hay por lo menos 32 grados y el sol quema la piel, pero ni el calor ni el cansancio, son impedimentos para que una treintena de jóvenes martillen, corten y claven lo que en pocos días será la capilla del sector.

Para Tomás Grey, estudiante de cuarto año de licenciatura y quien participa como voluntario, esta experiencia es una forma concreta de acercar a Cristo y evangelizar: “Significa dejar de lado ciertas cosas, comodidades, para intercambiar corazones con la comunidad, porque es increíble que con pequeños gestos, uno puede unir a toda una colectividad con un punto en común que es la Iglesia”.

María José Ugarte, estudiante de pedagogía básica en la Universidad Católica, explicó que se motivó a participar en este voluntariado porque “construir capillas tiene un enfoque cristiano, darle sentido a lo que uno está haciendo, hacer comunidad, abrir corazones, producir una vida espiritual que a veces no existe en las comunidades porque no hay un lugar físico para ello” y agregó:  “Construyendo una capilla se deja una cosa concreta en una comunidad y que se haga de Arica a Punta Arenas lo encuentro maravilloso”.

Juan Pablo Allende, voluntario y Jefe de Zona, detalló algunas de las dificultades con las que se encontraron a la hora de llevar a cabo esta misión. “Ha sido un esfuerzo muy grande porque nos tocó no solamente venir a levantar los pilares de la capilla, el techo y las paredes, sino que también construir el radier, que es algo que en general ya está listo cuando llegan los voluntarios. Por lo mismo ha sido un esfuerzo físico muy grande pero al mismo tiempo muy reconfortante porque está rindiendo frutos”, expresó.

Pero no todo es trabajo, porque cuando son pasadas las dos de la tarde, un grupo de vecinas de la comunidad pela tomates, otras, revuelven una contundente salsa de tomates, mientras unos tallarines son distribuidos en platos. Es hora de recobrar fuerzas y compartir la mesa.

Más tarde habrá también espacio para las oraciones y la reflexión en torno al mensaje del Papa Francisco: Salir a las periferias.

 

La comunidad:

Maritza Correa es vecina del sector. Llegó cuando se estaban construyendo las primeras casas, hace once años. “No teníamos donde reunirnos y nos congregábamos en una casa piloto que era muy chiquitita. Postulamos a este proyecto y calificamos porque si bien nuestro sector no tiene mayor pobreza económica, si tiene una pobreza espiritual evidente”, dijo.

“Hoy gracias a Capilla País vamos a hacer este sueño realidad y se cubrirá la necesidad de misa, ya que en invierno teníamos que hacerla al aire libre, con frío y por eso la gente no venía, no teníamos salas para catequesis y los sacramentos debían celebrarse en casas”, sostuvo.

Por su parte, Sandra Campos, quien también es una de las principales impulsoras de este proyecto, y fundadora de la comunidad, explicó que escogieron el nombre Sagrada Familia, “porque acá había muchos matrimonios con niños chicos, entonces es la característica distintiva. La capilla representa un sueño cumplido para todos nosotros y nos ayudará a hacer familia a la luz del Evangelio” y dijo también que, “esto no solamente es una capilla, sino que representa al mundo católico, a veces tan cuestionado. La Iglesia es esto: trabajo, esperanza, esta es la Iglesia pobre que yo conozco de niña”.

Cabe señalar que los voluntarios de Capilla País visitarán durante enero 16 comunidades de Chile y guiados por el lema “construyamos una Iglesia al encuentro de todos”, buscan compartir una experiencia de encuentro con Dios en las comunidades, respondiendo al llamado del Papa de salir a las periferias para llevar la alegría del Evangelio.