Sábado 30 de marzo de 2019
Cuidado especial al que está herido, pide Celestino Aós a seminaristas
El Administrador Apostólico de Santiago, monseñor Celestino Aós, volvió este sábado al Seminario Pontificio, pero esta vez para dialogar por una hora y media con los 53 seminaristas que se preparan para el sacerdocio.
Fotos: Jorge Salomón
Periodista: José Francisco Contreras
Fuente: Comunicaciones Santiago
Link fuente: http://iglesiadesantiago.cl/
"Ésta, por eso estoy aquí, el seminario, y, con el seminario, los sacerdotes", respondió. Y añadió: "La primera y la más fundamental son ustedes, que son seminaristas, y el cuidado y la atención de los sacerdotes, que hay muchos que están pasando momentos muy difíciles, algunos porque se equivocaron, porque son culpables; otros, porque somos un cuerpo, y cuando se enferma o sufre un miembro, sufrimos todos".
También señaló otra prioridad: los más débiles, los más vulnerables. "Hay una necesidad muy grande de acoger y atender a mucha gente que está muy herida. Hay que tener un cuidado especial del que está herido, no solo por los abusos de la Iglesia, sino gente que está marginada", expresó.
Otra prioridad que mencionó monseñor Aós son las Orientaciones Pastorales de la arquidiócesis, "que hay que hacer vida, no solamente hacer un documento", indicó.
En otro ámbito, se refirió a aspectos de la formación en el seminario, destacando como fundamental la formación humana, en la que señaló elementos muy concretos, como ser limpio, ser puntual, ser cortés. "Si uno no sabe ser educado de qué caridad me habla?", dijo. También mencionó la verdad, expresando que "alguien que no es transparente, que miente, no sirve para el sacerdocio". Otros elementos humanos que citó fueron la solidaridad y el espíritu de sacrificio.
Pecadores como todos y también sujetos de perdón
Ante otra pregunta, el Administrador Apostólico de Santiago señaló que "es normal que haya que haya tensiones en la Iglesia, tensiones de pensamiento, porque cada uno de nosotros tiene una cabeza distinta. Eso enriquece y hace avanzar". Sin embargo, enfatizó que "la división más profunda es la división del pecado. El pecado no está en los libros, está en la vida, en las personas. Y si hay un sacerdote que comete un pecado es una ofensa a Dios". No solo en lo sexual, precisó: "El sacerdote que administra mal las cuentas y se está llevando un dinero que no le corresponde, está siendo pecador. El sacerdote que no prepara su homilía o no atiende a un enfermo cuando lo llama, está siendo pecador. Entonces, hay tensiones, y estas tensiones y estos pecados afectan a la comunidad cristiana. Todos los pecados que tienen los laicos los podemos tener los curas, y unos pocos más. Eso deja heridas en una comunidad cristiana".
Luego, monseñor Aós se refirió a los mártires de la Iglesia, que fueron torturados y muertos por no rendir culto a los ídolos, o el propio obispo que lo ordenó a él sacerdote, quien estuvo preso en China y llegó a España con heridas en la carne viva por los azotes: "Ese es un testigo de la fe", afirmó.
Su diálogo con los seminaristas continuó con el tema de los abusos: "No podemos justificar lo injustificable. Yo no puedo justificar que se abuse de un niño o de una muchacha o de un hombre o de una mujer, no puedo justificar que se lo maltrate ni de palabra ni de obra. Pero si hay un hermano que se equivocó, que pecó en eso, pero está arrepentido, tendremos que tener misericordia de él y tendremos que perdonar", aunque lo hecho está objetivamente mal, precisó.
Otros temas que abordó en este encuentro tuvieron que ver con la realidad que se vive en las universidades, la ideología de género, la actual estructura de la Curia y el discernimiento vocacional.
Al final, los seminaristas se manifestaron contentos con esta visita del Pastor.
Edgar Soto Guajardo, que está en su año pastoral: "Fue un encuentro muy bonito, en el cual pudimos compartir nuestras inquietudes, dudas respecto de lo que se viene. Lo que más me gusta es que él es muy sincero para responder, y eso lo valoro mucho, la sinceridad y la transparencia. Nosotros vemos una esperanza, la esperanza de reformas profundas que él dice que se van a hacer. Salgo de este encuentro muy esperanzado y con mucho más ánimo para seguir en mi vocación".
Diego González, cuarto año de Teología, el último de su formación sacerdotal: "Este encuentro fue muy bueno, muy significativo, es muy elocuente que en los primeros días que está en Santiago haya querido venir al seminario a estar con nosotros, eso habla muy bien de él. Esa cercanía, ese sentimiento paternal lo siento muy fuerte".