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Artículo

Martes 27 de abril de 2021

Carta a los Mensajeros de la arquidiócesis de su capellán, P. Diego González

Santiago de Chile, 22 de abril de 2021

 Estimadas y estimados Mensajeros:

 Un saludo en el Señor Resucitado.

Reciban, en primer lugar, felicitaciones y un agradecimiento por su importante labor como comunicadores parroquiales. No siempre es una labor fácil: las circunstancias de la contingencia tampoco han colaborado con su importante servicio y el tiempo muchas veces escasea; sin embargo, el formar parte de Mensajeros sin duda que contribuye -quizás discretamente- a la construcción del Reino de los Cielos. El Arzobispado de Santiago es una organización muy grande que comprende más de 200 parroquias, y éstas a su vez tienen varias capillas y grupos humanos que la componen, por lo tanto, frecuentemente es muy difícil llegar a cada comunidad: ahí reside la importancia vital de ustedes para que sean un brazo comunicacional en cada porción del rebaño del Señor.

Los Mensajeros tienen un destacado rol de flujo de comunicación entre sus parroquias y la arquidiócesis, y viceversa. Si bien la comunicación al interior de la comunidad es central y quizás su principal función, no son menos importante los contenidos que se proyecten hacia afuera de la parroquia. Cada capilla y grupo está inserto en una parroquia, cada parroquia en un decanato, cada decanato en una vicaría zonal, cada vicaría en una arquidiócesis y así comprendiendo la Iglesia universal. Yo no soy parte sólo de los límites de mi barrio, sino que soy parte de algo mucho más grande, no sólo estructuralmente hablando, sino que espiritual y eclesiológicamente. “Así como el cuerpo tiene muchos miembros, y sin embargo, es uno, y estos miembros, a pesar de ser muchos, no forman sino un solo cuerpo, así también sucede con Cristo. Porque todos hemos sido bautizados en un sólo Espíritu para formar un sólo Cuerpo: judíos y griegos, esclavos y hombres libres, y todos hemos bebido de un mismo Espíritu”, (1Co 12,12-13).  

Así las cosas, es necesario potenciar el rol de los Mensajeros como comunicadores de sus parroquias también hacia afuera, hacia el resto de la arquidiócesis. Para que así todos vayamos conociendo las realidades de otras parroquias y de esa manera no sólo hacer comunidad entre todos, sino además conocer la realidad de toda la Iglesia que peregrina en Santiago.

¿Por qué es tan importante esto? Porque la Iglesia somos todos, y esto incluye también el ámbito comunicacional. Nuestra Iglesia está viva; funciona con valiosísimas e innumerables iniciativas de los más diversos ámbitos, pero eso muchas veces no se visibiliza, porque estamos acostumbrados a que lo único que la Iglesia comunique sean los mensajes más institucionales, que son necesarios e iluminadores, pero no agotan el anuncio de la Buena Noticia de Jesucristo.

¿Cómo podemos proyectar esta comunicación hacia afuera de nuestras parroquias? Recopilando información sobre el quehacer parroquial y escribiendo un correo a comunicaciones@iglesiadesantiago.cl, con copia a la periodista Paula Ampuero a su correo pampuero@iglesiadesantiago.cl y al coordinador zonal de Mensajeros correspondiente. Y si el Señor no te ha regalado el don de una pluma fluida, no te preocupes: aun así manda la información y la Dirección de Comunicaciones gestionará la noticia. Sin duda que esto contribuirá enormemente a la evangelización de una sociedad cada vez más necesitada del mensaje salvador de Jesucristo.

¡Esperamos sus contribuciones y que sigan siendo luz y sal del mundo!

En Cristo,

Pbro. Diego González R.
Capellán de Mensajeros