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Lunes 24 de junio de 2019

Monseñor Lorenzelli preside primera misa en calidad de obispo

Visiblemente conmovido, el Obispo Auxiliar de Santiago, ordenado este domingo por el Papa Francisco, monseñor Alberto Lorenzelli, señaló que agradecía “profundamente a Dios” y a las personas que siempre lo han acompañado en toda su vida sacerdotal.

Periodista: Patricia Mayorga

Fuente: Comunicaciones Santiago

Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl

Confesó que no le había sido fácil aceptar esta propuesta, aunque estaba contento por volver a Chile, ya que "el pueblo chileno es muy cariñoso, muy afectuoso y sobre todo tiene un gran sentido espiritual, una religiosidad profunda y sobre esa religiosidad tenemos que construir comunión", para "generar confianza y sobre todo, ofrecer esa caridad pastoral para los más pobres".

En la homilía señaló que la nueva tarea encomendada no estaba exenta de grandes desafíos, pero, "sobre todo, de ponerme al servicio de la Iglesia, del Administrador Apostólico monseñor Celestino Aós y de los sacerdotes de la diócesis de Santiago".

El Inspector de la Congregación Salesiana en Chile, padre Carlos Lira, saludó al nuevo obispo señalando que "los hermanos chilenos estamos felices de verte volver", y que estaba seguro de que "la historia que ha ido construyendo en su vida servirá mucho a la Iglesia en Chile". Recordó también que la nueva tarea del obispo auxiliar "no será fácil" ya que era necesario "recuperar la confianza", una tarea "muy fuerte para Iglesia particular de Santiago", para concluir diciendo que estaba seguro del gran porte que dará a la Iglesia "que camina y peregrina en nuestro país".

Para esta primera misa monseñor Alberto Lorenzelli eligió la Iglesia del Sagrado Corazón, de propiedad de la familia salesiana. Sin la majestuosa solemnidad de la Basílica de San Pedro, este templo, ubicado en las cercanías de la principal estación de Roma, Termini, estaba repleta de italianos y chilenos que querían manifestar su cercanía al nuevo Obispo Auxiliar de Santiago.

Al final de la misa, se ofreció un refrigerio en el claustro de la Iglesia, momento en el que monseñor Lorenzelli compartió con familiares, amigos y autoridades chilenas, encabezadas por el Embajador de Chile ante la Santa Sede, Octavio Errázuriz.