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Sábado 4 de junio de 2022

Palabras de monseñor Lorenzelli durante asamblea por proceso sinodal

El Vicario General estuvo presente y participó directamente, junto a los integrantes de comunidades parroquiales, en el diálogo y el discernimiento realizados durante la jornada del sábado 4 de junio de este año, en el marco de la preparación del documento presinodal de la Iglesia de Santiago. "Es hermoso poder encontrarnos para poder dar esperanza", expresó, "una esperanza que nos permita nuevamente recuperar a aquellos que por nuestras conductas, por nuestras actitudes, por nuestros juegos de poder, hemos alejado de nuestra Iglesia".

Estando en la Vigilia de Pentecostés, es hermoso que toda nuestra Iglesia de Santiago esté reunida, en las varias zonas, para invocar sobre todo el Espíritu y descubrir la voluntad de Dios para el camino de nuestra Iglesia. Y el hecho que ustedes estén aquí presentes nos dice que de esta Iglesia están interesados, están preocupados. Y también, como nos dice este camino de sinodalidad, el deseo de caminar juntos. Y aquí estamos, para caminar juntos representando a nuestras comunidades para hacer de esta Iglesia una Iglesia viva, una iglesia vital, transparente, en donde todos nos sentimos unidos por la vocación y el don de la fe que Dios nos ha dado.

¡Qué hermoso ir construyendo así, pedazo a pedazo, ladrillo por ladrillo, esta Iglesia espiritual que en el fondo tiene que llegar al corazón de todos! Es hermoso poder encontrarnos para poder dar esperanza. Cuántas necesidades, cuántos corazones heridos, cuántos sufrimientos, cuántas inquietudes, y también una esperanza que nos permita nuevamente recuperar a aquellos que por nuestras conductas, por nuestras actitudes, por nuestros juegos de poder, hemos alejado de nuestra Iglesia.

Que el don del Espíritu nos nos llene los corazones para que podamos llegar más a todos y hacer una Iglesia que acoge y llena de alegría y esperanza el corazón. Por eso nos encontramos, por eso nos sentimos unidos a todas las zonas y queremos, sobre todo, pedir el don de la Sabiduría al Espíritu, que no es solo de conocimientos, sino de saber interpretar y discenir cuál es la voluntad de Dios que tiene sobre cada uno de nosotros; cuál es la voluntad de Dios que tiene para cada una de nuestras comunidades cristianas. Cuál es la voluntad que Dios tiene para nuestra Iglesia de Santiago. Es un gran desafío, pero el hecho que nosotros estemos aquí es motivo de alegría y esperanza. Y con esta esperanza y alegría nos ponemos ahora a caminar juntos y a interpretar y discernir la voluntad de Dios.