Padre Francisco Llanca, nuevo vicario de Zona Centro

Antes de iniciar la liturgia, el Vicario Pastoral, monseñor Héctor Gallardo, leyó el decreto arzobispal que oficializa el nombramiento por un periodo de tres años "con todas las facultades y obligaciones inherentes a su cargo".

Después de haber hecho solemne Profesión de Fe, el padre Francisco hizo su juramento de fidelidad, prometiendo "mantenerme siempre en comunión con la Iglesia Católica"; cumplir "con gran diligencia y fidelidad" las obligaciones a las que se ha comprometido; "conservar íntegro el depósito de la fe", y acatar el magisterio y las guías de los pastores de la Iglesia.

Una vez concluidos los ritos de asunción del cargo, el arzobispo presentó al nuevo vicario, que fue acogido clamorosamente por los asistentes.

En su homilía, el pastor de Santiago agradeció al vicario saliente, padre Marek Burzawa, su servicio a la Iglesia en la Zona Centro. "Recogemos en este momento muchas de las semillas que él ha sembrado con generosidad en el corazón de tantos hermanos y hermanas", dijo. También el cardenal agradeció al nuevo vicario, el padre Francisco Llanca, su disponibilidad para aceptar esta tarea y otras que ha realizado en la arquidiócesis. Porque, dijo, "el Señor nos pide disponibilidad para servir" y nos dará todas las habilidades paran llevar a cabo las tareas encomendadas.

En este sentido, el cardenal Ezzati pidió al nuevo vicario de la Zona Centro tres tareas concretas. Primero, "que tu ministerio se concentre fundamentalmente en abrir espacios para Jesús, para que los hermanos y las hermanas de nuestras comunidades, los hombres y las mujeres de esta Zona Centro de Santiago tengan la posibilidad de encontrarse con Dios". Añadió que ésta es la necesidad más grande.

Luego, le encomendó que junto a esta Iglesia local y al Papa "abras también caminos para que la Iglesia que te ha sido confiada en esta zona pueda salir con espíritu misionero, ir a la periferias espirituales y sociales, a las cuales nos invita salir el Papa Francisco". Destacó al respecto la necesidad de atender pastoralmente a quienes viven en las nuevas torres que se están levantando en la zona, donde las familias viven en pocos metros cuadrados, "en ambientes que difícilmente promueven el encuentro, el diálogo y la solidaridad". También se refirió a la acogida que la Iglesia quiere dar a los migrantes que abundan en esta zona y a la defensa de los derechos de estas personas para su integración.

El papel de la mujer en la Iglesia

Por último, el pastor encargó al padre Llanca la formación de los laicos, en la línea que ha señalado el Papa Francisco, quien resalta que la Iglesia es un pueblo que camina en forma sinodal, "donde cada uno de nosotros tiene algo que aportar a la vida de la Iglesia". "Necesitamos una formación sólida", enfatizó. Además, destacó el deseo del Santo Padre de estudiar la misión de la mujer en la Iglesia. Al respecto, adelantó que en marzo próximo, "por primera vez en la historia de la Iglesia", el Papa convocará a la Comisión Episcopal para América Latina para que obispos, cardenales y "un número significativo de mujeres" de la región estudien ese tema.
Después de la homilía, el padre Francisco Llanca renovó sus promesas sacerdotales y al término de la Eucaristía compartió sus reflexiones con los presentes acerca de esta nueva responsabilidad. Agradeció al Arzobispo de Santiago "su cercanía, su cariño de pastor" y el haberle encargado esta tarea pastoral. También agradeció a los presbíteros, diáconos y "a la querida comunidad de la Zona Centro".

El padre Llanca recordó con emoción una cita de san Pedro, que es su lema sacerdotal: "Que cada cual ponga al servicio de los demás el don que ha recibido".