Martes 29 de marzo de 2022
Misa del niño por nacer: “Tener un hijo es un regalo”
El viernes 25 de marzo se conmemoró el Día del Niño por Nacer y la Adopción. La Vicaría para Laicos, Familia y Vida del Arzobispado de Santiago, junto a la Corporación Proyecto Esperanza, celebraron una eucaristía para pedir por la vida del niño que está por nacer. La celebración se realizó en la capilla de Nuestra Señora de la Dulce Espera, en Puente Alto.
Fotos: Jorge Salomon
Periodista: Magdalena Álamos
Fuente: Iglesia de Santiago
La eucaristía recuerda la solemnidad de la Anunciación y fue presidida por el padre Rodrigo Magaña, vicario de la Zona Maipo. El sacerdote en su homilía resaltó el valor del embarazo y el cuidado de la madre y el niño por nacer.
Además, durante la ceremonia se bendijo a una embarazada, y diferentes familias que tuvieron dificultades para tener hijos compartieron su testimonio de dolor y de esperanza. Todos ellos, tras una larga espera, lograron tener bebés.
Un ejemplo es Jessica Toro, quien relató que siempre quiso ser mamá, pero le diagnosticaron problemas hormonales y una malformación genética en el útero, que hacía muy difícil que ella pudiera quedar embarazada. Contó que el proceso fue muy duro y que además en un comienzo recibió atención médica deficiente de parte de un doctor, entre otras cosas. Sin embargo, nunca dejó de rogarle a Dios y a la Virgen de la Dulce Espera. “Y Dios me sanó, me curó y me bendijo con mi bebé”, dijo. Hoy el niño tiene 1 año y tres meses.
Según el padre Rodrigo Magaña, “en la mirada cristiana el tener un hijo es un regalo, no es un derecho”. “Ahora hemos escuchado testimonios de milagro, de gente que esperó muy adulta y Dios le dio la gracia de un hijo”, comentó, pero aclaró que no siempre esto ocurre y mandó un mensaje de fraternidad, de esperanza y confianza en el plan de Dios a quienes viven una situación de este tipo.
Al mismo tiempo, se refirió a los embarazos de personas que viven en situación de vulnerabilidad. El vicario de la Zona Maipo dijo que ha conocido en Puente Alto muchas organizaciones que apoyan a mujeres que quedan embarazadas y viven en entornos de violencia o que no son apoyadas. Al ser interrogado sobre cómo ha sido esta experiencia de acompañamiento, señaló que "ha sido como de conversión, porque a veces acompañar a otros no significa tener soluciones".
"En general no tenemos ninguna solución. Acompañar a otros tiene que ver con ponerse al lado como cuando hay procesos de crisis, de duelo, situaciones difíciles, el saber que otro está al lado mío, que no estoy solo, eso convierte al que acompaña y sostiene al que es acompañado. Ahora mismo pienso en una mujer muy adulta de una familia que no tenía comprensión en su familia y cuando supo que estaba embarazada se alejó y quedó muy sola, y hoy día un centro de acogida la ha acompañado y está esperando que pronto nazca su hijo", añadió.
Y luego concluyó: "Yo veo que el único clamor de fondo es: 'no me dejen sola, no se olviden de mí'. En el fondo todos pedimos lo mismo. Había una autor que decía que si buscáramos a alguien que sintetiza qué somos los seres humanos, sería mendigos: mendigos de cariño, de vida, de salud, de bienestar, de tantas cosas. Y a veces un embarazo de una persona en situación de vulnerabilidad nos recuerda eso. No somos mejores que ellas, todos necesitamos, y es tan fácil darlo en esa circunstancia".