Jueves 20 de junio de 2019
Día Mundial de los Refugiados: las razones para emigrar
La cifra de personas que debieron emigrar forzadamente desde sus países superó los 70 millones en 2018, el nivel más alto en toda la historia de ACNUR, según declaraciones de Sandra Paola Álvarez, de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Periodista: José Francisco Contreras
Fuente: Comunicaciones Santiago
Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl
En cuanto a la forma de enfrentar el problema, la responsable de la OIM resaltó la importancia de tener en cuenta que "la migración es una cuestión muy compleja, ningún país puede gestionar la migración de manera unilateral, puesto que se trata de una cuestión en donde se atraviesan fronteras. En esto quiero decir que el diálogo internacional, el compromiso internacional y la cooperación internacional en condiciones de igualdad entre los países es una de las formas en las que tenemos que apostar y tenemos que tener confianza, demostrar que somos capaces de generar acuerdos y perspectivas para el futuro".
Finalmente, Álvarez señala que "la OIM y ACNUR trabajan de manera conjunta en todas la regiones del mundo, sobre todo en la región de América Latina, llevando adelante un plan conjunto de acción, en el que la OIM se ocupa de dar información a los migrantes para hacerles conocer no sólo los riesgos en las rutas migratorias, sino también sobre las posibilidades que existen de migrar de manera regular, segura y ordenada".
En el caso de Chile, Ana Luisa Muñoz, coordinadora del Programa de Reasentamiento de Refugiados Sirios, de la Vicaría de Pastoral Social Caritas, señaló que tanto para la Iglesia como para toda la sociedad "hay un desafío permanente de seguir construyendo y participando en la construcción de la paz. Hoy estamos invadidos por modelos individualistas, que nos hacen estar más pendientes de nuestras realidades y no atentos a las de otras personas".
Planteó que en Chile "tenemos que preguntarnos cómo estamos acogiendo y relacionándonos con los extranjeros que llegan a nuestro país. Nosotros acogemos a un refugiado que está intentando salvar su vida, pero con él estamos acogiendo una historia, una cultura distinta". En este sentido, Ana Luisa manifestó su anhelo de que "como Iglesia podamos ser un aporte para que existan transformaciones sociales que realmente den una acogida a las personas refugiadas".