Culminó el Mes de la Solidaridad con almuerzo y operativo médico

"¡Lo estoy pasando tan bien hoy! dijo emocionado don Eugenio Hernández. Lleva 18 años cuidando autos en la calle, y para él la vida ha sido dura. "Nadie atiende a quienes estamos en la calle, por eso estoy agradecido de Dios, de todos los voluntarios que están regalándonos su tiempo a nosotros. Gente que deja de estar con su familia para estar con nosotros, para compartir un plato de comida y para conocer la otra cara de la moneda", relata.

Sentimiento compartido por Raúl Sánchez, quien duerme en un albergue de Gran Avenida. Se enteró de la iniciativa por otros amigos de la residencia y caminó varios kilómetros para llegar. "Salieron a buscarnos, a nosotros la gente más humilde para hacernos esto, así que estoy muy agradecido. Me curaron una herida del brazo, me echaron gotitas en los ojos, así que es un muy lindo gesto", dijo.

Pese a que no se conocen, Eugenio y Raúl comparten una realidad común: la difícil vida en la calle. Ahí abunda la soledad y falta el cariño. No siempre tienen dónde dormir y menos qué comer. Por ello, al terminar los "31 días de solidaridad" del mes de agosto, la Vicaría Pastoral Social Caritas junto a estudiantes de Duoc UC, quisieron regalar sonrisas a personas como ellos, a través de un almuerzo fraterno y un operativo médico, realizado en el corazón del Parque Almagro.

"Esta es una pequeña contribución ante la exclusión que ellos sufren, a las situaciones de violencia y discriminación. Muchas veces son los últimos en la ciudad, y por eso quisimos hacer un pequeños gesto para ellos, una devolución de cariño y de amor", comentó Mario Riquelme, trabajador de la VPS Caritas, a cargo de la actividad.

Durante la jornada los asistentes recibieron una atención de salud, a cargo de los alumnos de Duoc, que consideró curaciones de heridas, toma de muestras de sangre, presión arterial, y recomendaciones sobre higiene bucal.

Al continuar, disfrutaron de una comida preparada por estudiantes de gastronomía internacional, quienes prepararon más de 150 raciones para los comensales. "Ha sido muy especial y significativo para mí poder ayudar porque no es algo que se haga todo el tiempo. Les hemos podido cocinar un consomé, pastas, un postre, y ha sido un momento familiar para ellos también. Hemos podido compartir con la gente en situación de calle, se han reído con nosotros, nos han contado sus experiencias a medida que pasan por su comida, entonces ha sido muy entretenida y amena la experiencia", señaló Fiama Mandiola, quien participó como voluntaria.