Consagrados de la Zona Oriente reflexionan sobre el Mes de la Solidaridad

Sobre los desafíos de la Iglesia con los más desposeídos, Muñoz expresó, “yo creo que el rol va por el lado de ponerle rostro a las cifras, que de por si son impactantes. Es decir, qué experiencias podemos tener para conocer a estas personas, saber cómo se llaman, que tienen un apellido, que nacieron en una ciudad, conocerlos. Creo que el ponerle rostro a las cifras podría ser un desafío porque va a ser eso realmente lo que va a impactar”.

Junto a lo anterior, Muñoz agregó “tenemos que predicar con el ejemplo, porque yo como párroco puedo hacer una homilía sobre este tema, pero si la gente de mi comunidad no ve que yo salgo y dialogo con las personas en situación de calle, va a quedar en una linda prédica, entonces se trata de animar, de despertar, y contar lo que yo hice para motivar a otros”.

Por su parte, Nyree Gajardo, de la Vicaría para la Pastoral Social y quien realizó una exposición sobre los mitos asociados a las personas en situación de calle, indicó “la intención de poder tocar la temática calle en esta oportunidad, es porque vimos que es la población más vulnerada y más excluida socialmente y es una situación ante la cual debemos estar atentos y alertas, a medida de que vamos conociendo los motivos por los cuales alguien puede estar en calle, vamos a estar con los ojos más abiertos y atentos para ir erradicándolo”.

El vicario dela zona, el padre Manuel Paz valoró la instancia y dijo “sin duda que siempre el mes de agosto tiene esta connotación en la Iglesia chilena de la mano de San Alberto Hurtado con el Mes de la Solidaridad. Queríamos seguir concientizando con algunos contenidos, desmitificando muchas de las creencias sobre la temática calle y también con elementos testimoniales”.

Al término de la jornada, la hermana Alicia Briceño, Hija del Espíritu Santo, comentó “para mí el tema del acompañamiento es algo fundamental no solamente para personas de calle. Yo estoy en la Parroquia San Francisco de Borja y acompañamos a agentes pastorales como también a los mismos feligreses, sobre todo en el tema de la escucha que es algo fundamental para prevenir estas lamentables realidades”.

Por su parte, el padre Javier Manterola, de la Parroquia San Vicente de Paul, comentó “este tipo de situaciones nos recuerda que el Señor está muy cerca nuestro, la misma presencia de ellos nos toca el corazón. Segundo hay una preocupación de todo el mundo, fermentado por el Evangelio, pero tenemos que hacernos cargo concretamente los pastores, la Iglesia, porque el Señor se identificó con ellos”.