Miércoles 21 de noviembre de 2018
Conmemoración de los 40 años del Simposio de los Derechos Humanos
La actividad convocada por la Vicaria de Pastoral Social Caritas junto a otras instituciones, se llevará a cabo este domingo 25 de noviembre a las 18:00hrs en la Parroquia San Pedro y San Pablo de la Zona Sur.
Fuente: Comunicaciones Santiago
Link fuente: http://www.iglesiadesantiago.cl/
Este domingo 25 de noviembre se conmemorará el 40ª aniversario del Simposio Internacional de Derechos Humanos, realizado en 1978. Por este motivo la Pastoral Social Caritas junto a la Universidad Silva Henríquez y a la congregación de los Sagrados Corazones, realizarán un encuentro en el memorial del Padre Esteban Gumucio que tiene por lema: “No nos robarán la Esperanza".
El encuentro será en la Parroquia San Pedro y San Pablo de la Zona Sur ubicada en la calle Padre Esteban Gumucio Vives 498 comuna de La Granja, este domingo 25 de noviembre a las 18:00 hrs. Convocan: Caritas Chile, Vicaría Pastoral Social Caritas del Arzobispado de Santiago, Universidad Católica Silva Henríquez y la Congregación de los Sagrados Corazones de Chile.
Contexto histórico
En 1978, el cardenal Silva Henríquez convocó a vivir el año de los Derechos Humanos en plena dictadura. Atrevida empresa.
El año se inauguró el 24 de abril y se extendió hasta el 25 de noviembre, día en que se clausuró el simposio de los derechos humanos que convocó a miles de personas y observadores internacionales también. Los ojos estaban puestos en qué podría suceder. Militares parapetados afuera de la catedral, pero nada podían hacer.
El simposio se inauguró con la presentación de la cantata “Caín y Abel por los Derechos Humanos”, con texto de Esteban Gumucio y música de Alejandro Guarello. La obra relata lo sucedido en las dictaduras latinoamericanas, especialmente en la chilena, comparándolo con la muerte de Abel en manos de su hermano Caín. Según recuerda el mismo Esteban Gumucio en un libro entrevista publicado por la Congregación de los Sagrados Corazones, la Vicaría de la Solidaridad organizó este espacio “sin decirle nada al gobierno militar. La iglesia tenía derecho a hacerlo y, para mayor seguridad, se pensó: “Tenemos que hacerlo en la catedral. Ahí no puede meterse nadie ajeno”. Una vez que se decidió esta iniciativa, se invitaron personalidades importantes. Por ejemplo, estaba el cardenal Daneels, arzobispo de Malinas-Bruselas, en Bélgica. Se pensó que este acto en la catedral no debería incluir solo discursos, sino que debería convertirse en un acto cultural hermoso. Me pidieron entonces que hiciera una cantata. Y yo la escribí. Rápidamente me salió, porque esas cosas empiezan a trabajarle a uno. Creo que en una semana la saqué”.
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