Hogar Santa Clara y su experiencia con ollas comunes

La pandemia no sólo ha generado problemas y dificultades. También, ha permitido que aparezcan nuevas instancias de cooperación y ayuda para los más pobres y abandonados. Como es el caso del Hogar Santa Clara en plena Vega Central en Recoleta, quienes han debido hacer un giro en su ayuda para los más necesitados.

La Hermana Patricia Báez, Superiora de la fundación, detalla que desde marzo de este año y ante la prohibición de aglomeraciones, el Hogar Santa Clara debió suspender la ayuda que tradicionalmente han brindado por ollas comunes: “Cuando comenzó la pandemia, se cerraron los comedores que teníamos junto a los hermanos Franciscanos. Entonces, la gente comenzó a llegar hasta aquí, a golpear nuestra puerta, a pedir alimentos y no podíamos quedarnos sin hacer nada, y con la ayuda de Dios y la protección de Fray Andresito, decidimos seguir atendiendo a la gente con esta forma concreta de desayunos y almuerzos en grandes cantidades”, destacando una verdadera red de apoyo entre laicos y religiosas que suman una decena de personas aproximadamente.

El modo de trabajo debió ajustarse a los protocolos de salud, por lo que un grupo de laicos se encarga de cocinar en sus casas y en grandes ollas o fondos, llevan la comida hasta el Hogar Santa Clara. Allí, las hermanas entregan la ración diaria que lunes y jueves son almuerzos y los demás días, se entrega como colación envasada. El desayuno en tanto, tampoco falla, una leche caliente y un sándwich son entregados diariamente a estas cerca de 400 personas.

Una de las cosas que más le ha impactado a la hermana Patricia con esta nueva experiencia, es que esta ayuda, que en un principio era solo para gente en situación de calle, ha dado un vuelco increíble: “Hoy en día, no sólo atendemos a gente en situación de calle, sino que también llega gente que trabaja en los alrededores de La Vega, gente que está sin trabajo o gente que simplemente nos dice que no tiene para comer, que quiere llevarle comida a sus hijos”, relata. 

Por último, la religiosa nos cuenta que este tiempo de pandemia ha sido para ella, un momento único para encontrarse cara a cara con Dios, a través de estos hermanos que sufren: “Todo es mérito de Dios. Él ha inspirado toda esta ayuda. Se le da al que venga, sin saber su condición, su necesidad. Lo hacemos sin juicio, ya que vemos la multiplicación de los panes y todo esto nos ayuda tomar conciencia que Dios nos a nosotros muchas bendiciones y también que hay gente que sufre y que uno no puede criticarlos”.

Hasta ahora, la Arquidiócesis de Santiago, ha identificado 132 ollas comunes vecinales a lo largo de Santiago. Desde la Vicaría Pastoral Social, también han colaborado con 32 ollas comunes levantadas por organizaciones de la sociedad civil, con aporte en alimentos no perecibles a granel comprados por la vicaría o donados por particulares.

Si deseas colaborar con el Hogar Santa Clara, escribe un correo a patriciainez1917@gmail.com