Viernes 3 de diciembre de 2021
Formación Vida Consagrada: “Fue muy enriquecedor compartir distintas miradas”
Esta semana se desarrolló la última formación del año organizada por la Vicaría para la Vida Consagrada, que se realizó en formato online y se dividió en dos partes: una exposición inicial de la teóloga Pascale Larré sobre los procesos sinodales y una instancia práctica de reflexión en grupos.
Periodista: Magdalena Álamos
"Proceso del Sínodo en Roma, discernimiento de la Iglesia en Chile" invitó a conocer en mayor profundidad y reflexionar en torno a los diferentes procesos de escucha que se han llevado a cabo en los últimos años y el proceso sinodal actual, convocado por el Papa Francisco.
"Una Iglesia sinodal es una Iglesia que quiere que caminemos juntos, y ese camino es primero de encuentro y de escucha activa de todas las voces de todos sus miembros", explicó el padre Rodrigo Delazar.
El evento comenzó con una exposición de la asesora del equipo de la Vicaría Pastoral, Pascale Larré. En ella, la teóloga abordó cómo se han realizado los diferentes procesos de escucha que se han impulsado en los últimos años, como el Proceso de Escucha y Discernimiento Arquidiocesano 2020, la Asamblea Eclesial Latinoamericana 2020-2021; y el proceso diocesano actual para el Sínodo de Obispos en Roma 2023.
“Esta fiebre de sinodalidad lo que más nos quiere mostrar es que estamos en tiempos de incertidumbre por distintos motivos de crisis y queremos estar atentos a qué nos mueve hoy el Espíritu, a qué nos llama. Y para eso, se necesita ir madurando, mucha oración y también motivación. Es muy importante que todos participemos de estos procesos”, dijo Pascale.
Además, la teóloga motivó a que los asistentes leyeran los resultados de los procesos que ya se han entregado. “Ya hay algo muy sinodal de estos procesos que han mostrado los resultados, eso no es tan evidente. Esos resultados no son solo que los enviamos y nos olvidamos, sino que podemos seguir trabajando con ellos, conocerlos. Eso es un primer signo de transparencia, porque los resultados no necesariamente son tan 'agradables' para todo el mundo, sin embargo, muestran inquietudes y esperanzas profundas del Pueblo de Dios, que quiere expresarse porque confía que todos estos procesos pueden ser guiados por el Espíritu. Y para eso necesitamos también la oración”, señaló.
Tras su exposición hubo un espacio para hacer preguntas y luego se realizaron diferentes grupos de trabajo para reflexionar en torno a lo siguiente: ¿Qué siento con estos procesos? y ¿Cuál podría ser mi responsabilidad específica en su socialización y cómo puedo promoverlo?
Impresiones
Juany Monsalve, consagrada del Instituto secular y voluntaria de San Bosco, contó que para ella “fue muy enriquecedor poder compartir las distintas miradas”. “Fue bueno para poder compartir las esperanzas que tenemos cada uno, los desafíos que tenemos a nivel eclesial y los miedos también que tenemos. Nosotros fuimos muy sinceros en poder compartir las tres cosas”, ahondó.
Por su parte, la hermana Gabriela Herrera, religiosa del Instituto Catequista Dolores Sopeña, afirmó que cree que “la formación que la vicaría ha ido preparando a lo largo del año nos viene bien. Esta ocasión el tema del sínodo ha sido algo muy importante. Conocer el proceso que se ha llevado previamente, el desarrollo. Como comunidades religiosas nos hace bien estar al día de la realidad que está pasando en la Iglesia Católica y que tiene que ver con el mundo cotidiano, con la vida activa de tantas personas, hermanos y hermanas, en este momento tan especial”.
Respecto a la conversación de su grupo, la hermana sostuvo que “fue una reflexión muy sencilla, donde pudimos compartir pareceres. Uno de los pareceres es que nos falta caminar mucho. La asamblea es un paso redondo, grande, pero es un inicio de ir avanzando en un mayor consenso. (...)Estamos trabajando para el reino de Dios y yo creo que el punto de vista de cada una es eso, que todavía nos falta mucho que caminar”.