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Jueves 3 de febrero de 2022

Un nuevo diácono y sacerdote para la Iglesia de Santiago

La Catedral Metropolitana fue el lugar escogido para que la mañana del sábado 22 de enero, se realizara la ceremonia de ordenación de Francisco Araya y Viterbo Jiménez.

Fotos: Omar González

Periodista: Andrés Labrín H.

Fuente: Iglesia de Santiago

Link fuente: iglesiadesantiago.cl

Pese a no haber gran cantidad de asistentes en la Catedral Metropolitana, dada la contingencia sanitaria del país, el Arzobispo de Santiago, Cardenal Cestino Aós, ordenó esta mañana a un nuevo sacerdote y diácono en tránsito para la Iglesia de Santiago.

Acompañados de sus familiares, amigos cercanos y algunos agentes pastorales que vivieron muy de cerca la vocación de estos nuevos servidores de Cristo, se vivió una misa marcada por la emotividad.

En ese sentido, fue el mismo, monseñor Celestino Aós, quien remarcó en su homilía el verdadero sentido del ministerio sacerdotal y llamó a vivirlo con la misma humildad de Cristo. El Cardenal inició sus palabras recordando un mensaje del Papa Francisco, diciendo, “hay que ser competitivo hoy, hay que vencer y ganar, nos repiten machaconamente. En la Iglesia debe regir una lógica opuesta, la lógica del abajamiento. Todos estamos llamados a abajarnos, porque Jesús se abajó, se hizo siervo de todos. Si hay alguien que es grande en la Iglesia es Él, Jesucristo, que se hizo el más pequeño y el siervo de todos”. 

Además, tuvo palabras para recordar una frase de Teresa de Ávila, quien decía, “andar con humildad, es andar en verdad”. Complementó, “no se trata de apocarnos, de avergonzarnos de la grandeza de nuestro sacerdocio, que no es de nosotros, sino del Señor, sacerdotes dentro de la comunidad cristiana, sacerdotes para el mundo”. 

El Cardenal, entregó un mensaje claro y directo, diciendo: “quisiera que hoy ustedes, Francisco y Viterbo, grabaran bien en su mente estas palabras. Los presbíteros son llamados a prolongar la presencia de Cristo, único y supremo pastor, siguiendo su estilo de vida y siendo como una trasparencia suya en medio del rebaño que les ha sido confiado”. 

“La vocación presbiteral, no es solo para cumplir una función administrativa, implica todo el ser, pues el sacerdote está llamado a ser imagen viva de Jesucristo, esposo de la Iglesia. Por tanto, está llamado a revivir en su vida espiritual el amor de Cristo esposo, con la Iglesia esposa. Ha sido escogido gratuitamente por el Señor como instrumento vivo de la obra de salvación”, concluyó.

Tras la homilía, llegaría el momento más trascendental para ambos, la ordenación, en la que Francisco y Viterbo fueron nombrados sacerdote y diácono de la Iglesia, con el tradicional rito que se realiza en esta instancia, en el que ellos aceptaron este servicio.

Fueron sus familiares directos, junto a su formador, quienes los ayudaron a revestirse. Luego, de las manos del propio Arzobispo de Santiago, recibieron el libro de los evangelios, como signo de la tarea de proclamar la palabra de Dios, que le indicará el camino de su vida, con la fuerza del Espíritu Santo, que le ha sido dada, junto al ungimiento de las manos al nuevo sacerdote, como signo que ha sido consagrado en el nombre de Cristo para el bien de su pueblo, además del Cáliz y la Patena.

Una vez finalizada la ceremonia, con la procesión de salida, Francisco y Viterbo se separaron en distintos puntos de la catedral, para recibir a familiares y amigos, quienes los felicitaron y pidieron su bendición. Embargados por la emoción, ambos se dieron tiempo para comentar este importante acontecimiento. “Feliz de poder servir a Dios, de llevar su palabra a los demás. Poder llevar los sacramentos a quienes lo necesiten y lo buscan”, señaló el padre Francisco, además dijo que le gustaría llevar el sello de su sacerdocio por “el servicio, el estar disponible para quienes buscan al Señor, para los que necesitan ayuda, un consuelo, un oído disponible”.

Por su parte, el nuevo diácono Viterbo Jiménez comentó, “estoy muy contento y agradecido de Jesucristo. Es impresionante sentir la compañía de los Santos, de las Santas, de toda la Iglesia. Y después de la misa, toda la gente que se acercó a pedir la bendición, fue darse cuenta que la gente busca Jesucristo en este ministerio. Es un inicio precioso”.

En tanto, María González, mamá del hoy padre Francisco, señaló muy emocionada, “estoy tan feliz y tranquila, decidí apoyarlo en todo este camino y continuaré apoyando”. Por su parte, Luis Viterbo Jiménez, papá de Viterbo, comentó, “es un camino largo, es un camino lindo, que vale la pena.

De esta forma, el padre Francisco oficiará su primera misa en la Parroquia Santa Rosa de Lo Barnechea, hoy sábado 22 de enero a las 20 horas, y por su parte, Viterbo Jiménez continuará sirviendo en la parroquia San Luis Beltrán como diácono de la Iglesia de Santiago.