Miércoles 22 de mayo de 2019
P. Alberto Lorenzelli: "El espíritu es dar aire fresco a una Iglesia que se quiere renovar
Desde Roma, el sacerdote salesiano adelantó que será el propio Papa quien lo ordenará como obispo, el próximo 22 de junio, en la Basílica de San Pedro.
Al referirse a su designación como obispo auxiliar de Santiago, el presbítero comentó: "Es un nombramiento inesperado que me sorprendió. Considero una atención muy especial que el Papa me hace, porque no es común que el Papa ordene a un obispo, lo consideré también un gesto de mucha paternidad y fraternidad".
"El Papa no me pidió nada especial, sino que vaya con el Espíritu misionero de animar a la Iglesia chilena y con el espíritu salesiano de animar a los jóvenes".
Agregó que: "Mi primera tarea es ponerme, humildemente, en espíritu de obediencia a disposición de los que Monseñor Celestino Aós me pida. Por los muchos años que estuve en Chile, sé que es una Iglesia viva, yo veo muchos elementos de positividad, de tanta gente que hace servicio de voluntariado, servicio a las capillas, parroquias, muchos laicos entregados y eso es muy significativo. Todos juntos en comunión, todos los sacerdotes, los religiosos, caminar y mirar adelante, porque el Señor nos está pidiendo eso, abrir caminos nuevos. Es una sociedad que está cambiando y no tenemos que tener miedo de los cambios, porque son procesos nuevos. El espíritu es dar aire fresco a una Iglesia que se quiere renovar y eso es positivo", expresó.
El Padre Alberto envío un mensake a todos los Sacerdotes, Diáconos, Consagrados/as y a todos los fieles de la Iglesia de Santiago.
Queridos hermanos y hermanas:
Les escribo desde lo más grande que tengo para compartir con ustedes y que yo mismo he descubierto como el mayor tesoro: ¡Jesucristo el Señor, vivo entre nosotros! Sólo con Él, siempre nace y renace la verdadera alegría. Desde el momento en que se me comunicó el nombramiento del Santo Padre como Obispo Auxiliar de Santiago, sentí la necesidad profunda de renovar mi seguimiento al Señor, poniéndome tras sus huellas, y de compartir con ustedes fielmente ¡la belleza de nuestra fe, que con su luz, irradia todo el trayecto del camino!
Quiero expresar al Papa Francisco mi gratitud por su confianza, su palabra alentadora y su acogida paternal. A Don Celestino Aós, Administrador Apostólico de la Archidiócesis, a sus Obispos Auxiliares y Vicarios, aseguro mi sincera y concreta disponibilidad y colaboración.
Saludo a los niños, adolescentes y jóvenes que significan una gran parte de mi experiencia profesional y de vida. Junto a ustedes, como Iglesia, se ha celebrado recientemente el Sínodo en Roma, y en Santiago el Xº Sínodo, siempre con la certeza de que “la juventud es una etapa original y estimulante de la vida, que el propio Jesús vivió, santificándola” (CV, 22), y que ustedes están llamados a dar testimonio de ello en todo tiempo y lugar.
Un pensamiento agradecido y cariñoso para todas las familias. Pienso con especial afecto a las personas que sufren o han sufrido: las víctimas de violencia y de todo tipo de abuso; las personas que viven en soledad y pobreza; los que padecen alguna enfermedad; los que están en la búsqueda de trabajo; Inmigrantes; los adultos mayores que viven solos; quienes están privados de libertad; o los que son discriminados por diversas situaciones; quisiera que juntos tengamos las actitudes del Buen Samaritano (Lc 10, 25-37) que se identifica con los heridos y golpeados del camino, y redescubramos desde la fe, ¡la belleza de la humanidad!
Caminando juntos, y con los ojos fijos en Jesús, bautizados, laicos y consagrados/as, diáconos y sacerdotes, Obispos, como Pueblo de Dios que peregrina en Santiago, estamos llamados a una salida misionera que brota de un corazón en continua conversión, reconociendo el indispensable aporte de todos, y discerniendo los caminos que el Señor nos pide para estos tiempos, promoviendo conjuntamente una trasformación eclesial que haga más trasparente su presencia entre nosotros.
A las autoridades civiles y a todos quienes, en diferentes maneras trabajan por el bien de la comunidad con su compromiso y esfuerzo, les aseguro un diálogo franco y una colaboración efectiva. A ustedes queridos sacerdotes, diáconos y seminaristas, llego con el deseo de construir una relación de comunión auténtica con todos, indispensable no sólo para un trabajo pastoral efectivo, sino principalmente, para un testimonio auténtico y creíble del amor que nos viene de Dios y que nos envía a trasmitir en medio de su pueblo.
Muy queridos hermanos y hermanas: Frente a la desproporción entre esta responsabilidad y mis cualidades, les pido con humildad que recen por mi, de modo especial me confío a los monasterios de vida contemplativa. Pidamos al Espíritu Santo que nos conceda los dones necesarios para servir con fidelidad al Evangelio de Jesús. Pido la intercesión de los santos: Santiago Apóstol, Teresa de los Andes, Alberto Hurtado y San Juan Bosco, y juntos nos confiamos a la protección siempre amorosa de la Virgen del Carmen, Patrona de Chile.
Les saludo con afecto y los bendigo a todos.
P. Alberto Lorenzelli Rossi – SDB
Roma, 22 de mayo de 2019.