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Jueves 29 de octubre de 2020
Diáconos reflexionaron en torno a Fratelli Tutti y diálogo interreligioso en el Miércoles de San Lorenzo
Con una audiencia de más de 85 diáconos y sus esposas, la Teóloga Católica, Loreto Moya, el Vocero de la Mezquita As-Salam, Muhammad Rumié y el Rabino Judío, Daniel Zang fueron los expositores en el más reciente Miércoles de San Lorenzo, una de las instancias de formación que la Vicaría para el Clero ofrece a diáconos y sacerdotes.
Por: Vanessa Yegres
La encíclica ‘Fratelli Tutti’ fue el punto central de la conversación, este miércoles 28 de octubre, en una convocatoria realizada a través de la plataforma Zoom. Cada expositor destacó elementos puntuales para reflexionar en profundidad sobre las ideas que propone el Papa Francisco, sin que la fe que cada uno profesa fuese limitante.
El Vicario para el Clero, monseñor Alberto Lorenzelli, dio la bienvenida al espacio - que se realiza de manera mensual - agradeciendo tanto a los diáconos y sus esposas, como a los expositores por igual. “Fratelli Tutti nos invita a no mirar el mundo de forma cerrada, sino un mundo abierto”, aseguró.
“Nos abre temas interesantes en nuestro camino eclesial, interconfesional; porque ser todos hermanos significa acoger, escuchar y estar disponibles a generar una fraternidad más amplia”, dijo Lorenzelli.
El valor del ser humano
El primer expositor fue Muhammad Rumié, Vocero de la Mezquita As-Salam, quien, además de agradecer la oportunidad, calificó la ocasión como un espacio importante por la inclusión interreligiosa en el diálogo.
Rumié puntualizó que la encíclica no se puede leer de forma rápida, sino que debe ser releída con “el corazón y la mente”. Menciona que en la misma, se destaca muchas veces el valor del ser humano en relación al otro. “Somos más iguales que distintos”.
Esto significa, entonces, que no se justifica el odio, la guerra o la violencia por ser distintos, expresar una religión distinta o ser de una raza, lengua o género distinto. Comentó que en el Corán, en lo cual se basa la religión Islámica, Dios dice que estas diferencias son su obra.
“La encíclica hace un llamado al ser humano, para que se despoje de ese egoísmo y desconfianza”. También señaló que la tecnología es una herramienta que hace que nuestras comunicaciones sean tan rápidas, que “tenemos que ser cuidadosos con las palabras que expresamos, cómo lo expresamos y a quién lo expresamos”, e invitó a que en las mismas, estuviesen presente el diálogo, la armonía, la paz y el respeto al otro.
Fratelli Tutti y el cuestionamiento personal
Desde Valparaíso, la teóloga católica Loreto Moya, destacó la importancia del contexto en el que recibimos a Fratelli Tutti, a nivel mundial y en el país. “Podemos decir que Fratelli Tutti parece hecha para nosotros, porque nos llegó en un momento preciso, cuando estamos pensando como país cómo redactar nuestra nueva Constitución”.
La encíclica, expresó Moya, nos inserta como cristianos en el corazón de los problemas sociales. “Me atrevo a decir que esta encíclica sacude toda nuestra comprensión de una fe intimista o privada para obligarnos a tomar nuestro rol social como cristianos”.
Esto nos exige un cuestionamiento personal, explicó Loreto, de cómo vivimos en sociedad, cómo vivimos en Chile renovación social, económica, e incluso ecuménica e interreligiosa. “Francisco nos invita a ser constructores de un vínculo social, que permita crear un ‘nosotros’”, dijo Moya.
“Somos todos iguales y asumir esta igualdad, no solo en discurso, sino en la práctica de creerlo y vivirlo, nos hace mirar a todos como iguales”, concluyó.
Plan de acción en la esperanza
El Rabino Daniel Zang inició su intervención comentando que, exactamente hace 55 años a la fecha, fue promulgado el Concilio Vaticano II, explicando que el mismo “cambió el rumbo de las relaciones interreligiosas y la historia, por la sanación, reparación y encuentro de la familia humana”. Estudiar en este día la encíclica, comentó Zang, nos vuelve a unir con los principios que motivaron esto.
Zang dijo que Fratelli Tutti inicia y termina con esperanza por parte del Papa Francisco, a pesar de abordar los delicados temas que hoy día nos rodean. “Francisco establece un plan de acción basado en la esperanza (...) de ser todos hermanos”.
Asimismo, describió la encíclica como una de fraternidad y amistad social. “El concepto de que la sociedad se conforma con lazos de amistad, no solamente de vecindad o ser habitantes de un mismo lugar”.
“Al tocar el tema de la pandemia, habla de cómo esto nos devolvió la sensación de que estamos todos de vuelta en el mismo barco”, dijo Zang, “y que no nos salvamos solos; necesitamos del otro”.
Construir juntos es clave en esta idea, explicó, asegurando que esto no significa que la pandemia es un “castigo divino”, pero que trata de sacar lo mejor de la situación que vivimos actualmente y cuáles son los aprendizajes de estas experiencias.
Tras las exposiciones, y como es costumbre en los Miércoles de San Lorenzo, se abrió un espacio de preguntas y debate con los diáconos, donde cada expositor tuvo la oportunidad de profundizar en sus distintos puntos de vista y en las temáticas comunes.