Picarquín se llenó de juegos y emoción

La inolvidable convivencia partió el viernes por la noche, donde cada uno de los jóvenes fue conociendo su lugar de refugio por estos tres días, pero también fueron tomando el pulso de lo que sería esta intensa experiencia de fe y de renovación.

En medio de trabajos grupales y separados por estación, el día sábado fue el momento donde las emociones afloraron a mil, pues en medio de la profundización de la palabra de Dios, cada uno debía reflexionar, orar y descubrir lo que Dios quería con ellos, pero también, entregarse en cuerpo y alma a la oración por el otro, algo que fue muy bien recibido por los jóvenes.

"Es una experiencia muy bonita que te deja muy bellas enseñanzas. Aprender cosas nuevas, conocer gente, encontrarse contigo mismo, es algo impagable. Ser parte del equipo de servicio es ser humilde, te permite descubrir la labor del servidor. En verdad estoy muy contenta por todo y ayudar a los demás", señaló Francesca Segovia de 17 años.

Otros de los momentos bellos de la jornada fue la cena judía que realizaron los jóvenes, quienes reviviendo el espacio de convivencia milenario de esa cultura, lo llevaron a los tiempos de hoy, culminando con el cambio de 15 coordinadores, quienes tras tres años de trabajo, dieron paso a nuevos 15 jóvenes que prestarán este inmenso servicio.

Sebastián Guzmán, encargado de la actividad por parte de la Vicaria de la Esperanza Joven, manifestó su alegría por tan bella actividad y los frutos que dio a tantos jóvenes: "Hemos preparado esta actividad, reconociendo los rasgos de nuestra cristiandad, la solidaridad, el servicio, la entrega a los demás y el encuentro con Jesucristo y los hermanos siempre recordando la visita del Santo Padre y el X Sínodo de Santiago", relevó.

En esa línea, cada una de las dinámicas del fin de semana siempre tuvieron puesto el foco en la visita del Papa Francisco a nuestro país en enero próximo y en el X Sínodo que la Arquidiocesis de Santiago está llevando a cabo, como un signo del espíritu de comunión que ronda ambos hitos.

"Ser servidor es mirar el rostro de Cristo en las demás personas y este retiro es un momento muy bacán. Es bacán encontrarse con los amigos que uno tiene en los equipos de servicio y que los ve todo el año y juntarse y darle para adelante. Acá podemos juntarnos y planear cosas grandes, ahora que viene el Papa con mayor razón", resumió Joaquín Torres de 18 años.

Todo concluyó el domingo con los jóvenes llenos de desafíos y animados por la fe para seguir en este hermoso apostolado que los convoca el Señor.

Monseñor Cristian Roncagliolo, obispo Auxiliar y vicario de la Esperanza Joven, explicó la relevancia de esta jornada: "Es un encuentro que busca renovarlos en la fe, los ayuda a descubrir cuál es la labor que ellos realizan y sobre todo, descubrir quién es Jesucristo para ellos, para que su servicio nazca desde la experiencia de la fe y que va al encuentro de Cristo. La labor del equipo de servicio es fundamental para el devenir de la pastoral de la Arquidiocesis y los vemos todo el año en cada una de las actividades y es un trabajo silencioso, abnegado y que por medio de este retiro, les ayuda a servir mejor".