Miles de jóvenes dan inicio a las celebraciones de Semana Santa

Con una rama de palma en mano, el cardenal Ricardo Ezzati, daba inicio a la liturgia, en medio de la alegría de los miles de asistentes: “Esta es una respuesta a lo que el Papa Francisco le ha pedido a los jóvenes: “Qué haría Cristo en mi lugar”. Y qué bueno que esto se lo puedan preguntar los jóvenes al comienzo de Semana Santa. En Semana Santa, de una manera muy particular, podemos experimentar cómo el Señor toca nuestra carne frágil, débil, pecadora, para sanarla. Pero, al mismo tiempo, nos invita a comprometernos, para que como Él tocó nuestra carne, también nosotros podamos pensar en nuestra vida como un don para aquellos que más lo necesitan”, exhortó.

"Y la coherencia de celebrar la Semana Santa para todos, pero especialmente para los jóvenes, está justamente en esto. Estamos llamados a encontrarnos con Jesús, para hacer presente hoy día en Santiago, en la vida concreta de los jóvenes, de nuestra ciudad, el don maravilloso de la gracia, de la salvación que Cristo nos ofrece a través  de su misterio pascual", añadió.

Tras las palabras del Arzobispo de Santiago, comenzó el ascenso de los miles de asistentes hasta la Virgen de la Inmaculada Concepción ubicada en lo más alto del cerro San Cristóbal.

“Es impresionante cómo se refuerza la fe en medio de una peregrinación. La visita del Papa Francisco y el X Sínodo de Santiago son momentos donde los jóvenes somos escuchados y queremos seguir siendo escuchados por la Iglesia”, señalaba animado Joaquín Eguiliz de la parroquia Santos Apóstoles de Recoleta.

A medida que los peregrinos iban llegando al Santuario, eran bienvenidos e invitados a tomar ubicación en los sectores habilitados, siempre acompañados de cantos y momentos de reflexión a través de los confesionarios instalados para recibir el sacramento de la Reconciliación.

Pasada las cinco de la tarde y con la explanada completamente repleta de jóvenes, Monseñor Cristian Roncagliolo, Obispo Auxiliar de Santiago y Vicario de la Esperanza Joven, daba inicio a la celebración de la eucaristía en medio del cansancio de la peregrinación, pero también e la euforia por llegar hasta la cumbre.

Ya en la misa, el Evangelio de la Pasión, tuvo la particularidad de que cada lector estuvo personificado y se leyó desde la explanada que daba frente al altar repleto de sacerdotes.

En su homilía, el vicario de los jóvenes invitó a ver la Semana Santa como una experiencia única de vivir la fe en comunidad, de alabar a Dios y a estar conectados en todo momento con Jesús y dejarse abandonar por su amor: “Una alegría enorme celebrar con tantos jóvenes la entrada de Jesús en Jerusalén y un signo de esperanza en una sociedad que necesita de los jóvenes. Los jóvenes son la renovación de nuestra sociedad, de nuestra cultura, de nuestra política, de nuestra manera de hacer las cosas, de nuestra manera de ver la sociedad y la cultura. Así que una alegría y un gozo, un tiempo de esperanza”, señaló.

Con la bendición final, Monseñor Cristián Roncagliolo, invitó a los asistentes a subir hasta los pies de la Virgen de la Inmaculada Concepción para dar por finalizada esta 24° Peregrinación de Ramos.