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Sábado 29 de agosto de 2020

Encuentro de Catequistas de Novios: Construyendo Iglesia doméstica

Más de 100 matrimonios de catequistas se reunieron vía Zoom para abordar los desafíos para el matrimonio en contexto de pandemia y confinamiento. Esto a la luz del nuevo directorio para la catequesis.

Periodista: Paula Ampuero Ulloa

“Hace 15 años, en un momento de mucho dolor en nuestro matrimonio, el sacerdote Julio Caro nos invitó a ayudar en la parroquia en la catequesis de novios, y nosotros aceptamos”. Así comenzaron su camino como catequistas Ilia Barraza y Patricio Tari en la parroquia San Saturnino (barrio Yungay), lo que también les ayudó a superar su dolor y transmitir su experiencia como matrimonio cristiano a muchas parejas de novios.

Patricio e Ilia fueron expositores en este XX Encuentro de Catequista de Novios, organizado por la Delegación para la Pastoral Familiar (DEFAM), dando testimonio de su vida como matrimonio desde hace 21 años. Reflexionaron también sobre el momento actual y cómo eso los desafía en su rol. Compartieron la exposición con el Vicario General del Arzobispado de Santiago, Cristián Roncagliolo, que dio un insumo para la reflexión hablando primero sobre los problemas culturales que afectan al matrimonio y luego dando luces sobre avanzar en este camino que prepara a los novios.

Alarmas y desafíos para los catequistas

El vicario comenzó agradeciendo a las más de 100 parejas de catequistas conectadas vía Zoom y Facebook, por “el precioso apostolado que hacen, preparando a quienes construirán la Iglesia doméstica, las futuras familias cristianas. Es generoso el servicio que desarrollan; y ustedes lo saben, es un apostolado lleno de alegría y gozo” manifestó.

Luego el vicario dio paso a una enumeración de los problemas culturales que desincentivan el matrimonio como, por ejemplo, el individualismo; la cultura de lo confortable, donde primero están los bienes materiales; la antropología negativa, en la que los jóvenes son vistos como “pobrecitos” y sus padres les quieren evitar problemas; la escasa o nula evangelización previa que tienen los novios; y otras alarmas y desafíos que surgen al momento de hacer esta catequesis.

Ante ello, se preguntó: “¿Cómo nosotros podríamos avanzar en este camino de renovar nuestra preparación inmediata al sacramento del matrimonio?”. A lo que contestó proponiendo algunos puntos a considerar, como que los catequistas son para educar en la fe y no son terapeutas; que lo que está en la base del ministerio del matrimonio es anunciar a Jesucristo; y que también es una catequesis sobre la familia, los hijos. Además, hizo hincapié en lo central que son para el matrimonio las tres palabras mágicas que dice el Papa Francisco: “Permiso, gracias, disculpas”.

Experiencia y expectativas

Luego fue el turno del matrimonio de formadores Illia y Patricio, quienes contaron cómo es ser catequista hoy. Ilia explicó que su agenda hasta el año pasado estaba llena de actividades y también con encuentros con novios, pero vino el estallido social y la pandemia, y la agenda se vació un poco. Así que instó a cuestionarse por cómo hacerlo más adelante: “No muchos querían zoom, pero quizás es lo que más nos va a acercar a los novios en el futuro”.

Sobre la exposición del vicario, Ilia sostuvo que “es una realidad muy fuerte la que nos mostró al principio, todo lo negativo que tenemos ver nosotros en esta preparación inmediata. Nosotros no solo personas que vamos a dar una charla, porque no somos charlistas, lo que nosotros tenemos como misión es hacer los encuentros de novios, y prepararlos para que puedan comprender y discernir lo que significa el sacramento del matrimonio. Ante estas cosas negativas que decía el padre, tenemos que estar también iluminados de poder presentarles a estos novios que no todo puede ser malo, que podemos revertir un poco lo que es el individualismo, tenemos que tratar de guiarlos en ese camino a ellos, para que puedan llegar bien al matrimonio y puedan comprender que es para toda la vida”.

En tanto, Patricio confesó: “Nos llega a dar miedo pensar cómo vamos a actuar como catequistas en tiempos de pandemia, de problemas económicos. Estamos realmente con un desafío muy grande: tenemos que hablar de un Dios que nos ama en medio del dolor y de la muerte. Vamos a tener que resetearnos y ponernos este desafío de cómo lograr hacer un proceso de discernimiento vocacional en medio de la dificultad del mundo. Esto para poder de alguna manera sembrar la semilla en otros sobre el desafío de tener un estilo de vida cristiana”.

El encuentro

El Arzobispo de Santiago, Celestino Aós, también participó del encuentro entregando un saludo a los conectados y animándolos en su trabajo: "Los felicito por la tarea que desarrollan, que no siempre es fácil. (...) Lo más importante es que el catequista tiene que sostener la esperanza y dar la certeza a los novios de que Dios estará con ellos. El sacramento inicia una nueva vida. Se hace un compromiso ante Dios, la comunidad cristiana, y ante el otro y la otra. Hay que ayudarles y animarlos a crecer en su proyecto de vida común".

Los delegados para la Pastoral Familiar, José Manuel Borgoño y Mónica Undurraga, condujeron el encuentro y agradecieron la participación del arzobispo, el vicario, los formadores, y de todas las personas conectadas desde distintas partes de Chile, quienes pudieron hacer preguntas a los formadores y al vicario, para aclarar sus dudas y sus propios cuestionamientos que han tenido desde su quehacer.

El encuentro finalizó con una invitación y desafío del vicario a los delegados de la DEFAM para que el próximo año se pueda realizar el primer congreso de catequistas de la arquidiócesis, para renovarnos en la fe y en la esperanza.