Miércoles 8 de agosto de 2018
Renovado compromiso de Institutos Seculares de Latinoamérica
La Junta de Institutos Seculares de la Argentina (JISA) hizo pública la “Proclama” elaborada en el reciente Congreso Latinoamericano de Institutos Seculares celebrado en Buenos Aires entre el 17 y 21 de julio.
Fotos: Agencia Informativa Católica Argentina
Periodista: Enrique Astudillo Baeza
Fuente: Iglesia de Santiago
Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl
Al congreso, que llevó lema "Vivimos animados por el Espíritu", asistieron más de 200 laicos consagrados seculares de más de doce países de América Latina.
Tras manifestar su propósito de ser "hombres y mujeres comunes y corrientes que se consagran procurando ser luz del mundo, sal que da el sabor de la vida nueva para mostrar este Reino del que el Señor nos hace partícipes", los miembros de los Institutos Seculares de América Latina y el Caribe, manifiestan que "en los últimos años, América Latina y el Caribe avanzaron notablemente en su desarrollo social, pero sigue presente esa brecha de desigualdad socioeconómica, con una gran franja de habitantes que viven muy precariamente en viviendas insuficientes, con escasa atención de salud, con sistemas educacionales de mala calidad.
Después de otras consideraciones sobre la realidad de la región, los miembros de los Institutos Seculares se comprometieron a "alzar nuestra voz como tantos otros profetas de la historia que nos han precedido, y volver a afirmar con fuerza y convicción que toda vida tiene valor desde la concepción hasta la muerte natural, porque no hay derecho más fundamental; y que el primer deber es cuidarla en todas sus formas y ante todas sus amenazas.
Es en el ejercicio de este deber de cuidado, donde se aprende verdaderamente el sentido de todos los demás derechos, porque sólo protegiendo la vida, cuidándola y educándola en el respeto y la tolerancia hacia toda vida, se aprenden y valoran los derechos de las libertades civiles y políticas".
Texto de la proclama
Los miembros de los Institutos Seculares de América Latina y el Caribe, reunidos en Buenos Aires, Argentina, en julio de 2018, en el XII Congreso Latinoamericano, convocado bajo el lema: "Vivimos animados por el Espíritu" (Gál.5,25) para reflexionar acerca de nuestra misión en el mundo y en la sociedad, queremos:
-Ser hombres y mujeres comunes y corrientes que se consagran procurando ser luz del mundo, sal que da el sabor de la vida nueva para mostrar este Reino del que el Señor nos hace partícipes.
-Vivir en profundidad nuestra identidad, asumir con pasión los desafíos del presente y abrazar el futuro con esperanza.
-Sabemos que en los últimos años, América Latina y el Caribe han avanzado notablemente en su desarrollo social, pero que sigue presente esa brecha de desigualdad socioeconómica, con una gran franja de habitantes que viven muy precariamente en viviendas insuficientes, con escasa atención de salud, con sistemas educacionales de mala calidad.
-Que el rostro de Cristo sufriente y crucificado tiene hoy, en América, los rasgos de los pobres en las inmensas ciudades, de los desempleados, de los migrantes, de los marginados por distintas causas, de los niños no nacidos, de los niños de la calle y de los que quedan sin escuela, de los jóvenes sin trabajo y sin guías, de las mujeres menospreciadas y explotadas, de los ancianos abandonados, de los enfermos, de los encarcelados. Es también el rostro de las minorías étnicas marginadas, de los indígenas y de los afroamericanos, de los campesinos y de los habitantes de las barriadas periféricas de las grandes ciudades, en el norte, en el centro y en el sur del continente.
-Que nuestros países se han sumado a la iniciativa mundial que promueve la transparencia, lo que nos ha llevado a darnos cuenta de la corrupción masiva, del abuso del poder que se acrecienta en la vida familiar, en la vida eclesial, en las instituciones públicas, en el sistema político.
-Que América Latina es un continente de esperanza y, gracias a las riquezas de sus culturas, refleja la alegría de la vida, el compromiso solidario y la resistencia ante lo adverso. A pesar de las múltiples problemáticas y las grandes desigualdades de unos países respecto a otros y en el interior del mismo país, América no deja de ser un espacio protagónico en la misión de la Iglesia y en la acogida del Reinado de Dios que permita transformar nuestros pueblos, sociedades y culturas con la luz del Evangelio.
Todos los Institutos Seculares aquí presentes y también los que no han podido llegar, estamos insertos en el corazón del mundo, por eso comprendemos y asumimos esta realidad de desconfianza, dolor y muerte.
Ante esta realidad, como miembros de Institutos Seculares, nos comprometemos:
-A alzar nuestra voz como tantos otros profetas de la historia que nos han precedido, y volver a afirmar con fuerza y convicción que toda vida tiene valor desde la concepción hasta la muerte natural, porque no hay derecho más fundamental; y que el primer deber es cuidarla en todas sus formas y ante todas sus amenazas. Es en el ejercicio de este deber de cuidado, en el que se aprende verdaderamente el sentido de todos los demás derechos, porque sólo protegiendo la vida, cuidándola y educándola en el respeto y la tolerancia hacia toda vida, se aprenden y valoran los derechos de las libertades civiles y políticas.
-A caminar y trabajar juntos en la búsqueda del bien común.
-A que la Buena Noticia llegue a los rincones más remotos, a cada estructura, a cada realidad, desde el mundo y para el mundo que le toca vivir.
-Pedimos a nuestros Pastores que nos ayuden a proteger esta vocación especial para que sea fiel a su identidad, a sus exigencias y a su misión.
Que María Santísima, nuestro modelo de vida consagrada, acompañe nuestro caminar y nos ayude a conjugar consagración con secularidad.+