Lunes 8 de octubre de 2018
Jóvenes se acompañan previo a entrar a la educación superior
En el Santuario del Padre Hurtado se vivió el tercer y último encuentro de la Vicaría de la Educación (VED) con alumnos y alumnas de cuarto medio, de distintos colegios, esto en el marco del Proyecto Transición.
Fotos: Jorge Salomón
Periodista: Marcela Maldonado
"¿A qué me siento llamado?" fue la pregunta que congregó a cerca de 90 estudiantes secundarios en este tercer encuentro y para responderla se dieron el tiempo y el espacio para compartir sobre sus propias vivencias, temores, inquietudes de cara al mundo de la educación superior. Temas como el rumbo de la vida, el llamado a hacer grandes cosas, a ampliar la mirada y sobrevivir al primer año de la educación superior fueron conversados en grupos pequeños, iluminados a través de cartas y escritos de San Alberto Hurtado.
El Proyecto Transición es liderado por estudiantes de educación superior que a través de sus propias experiencias de vida comparten sus testimonios y consejos con los jóvenes escolares que se preparan para dar la PSU. "El proyecto partió en 2014 y estaba enfocado a jóvenes que participaban de las pastoral de sus colegios, era un grupo muy reducido y era llevado por profesionales, pero desde 2015 se involucran estudiantes de educación y se invita a más personas de los colegios a participar", expresa María Paz Castillo, integrante del área Pastoral de Educación Superior de la VED.
Micaela Purán, se vino de Rancagua a estudiar a Santiago y ya lleva estudiando cinco años en la Universidad Católica. El cambio de ciudad, distanciarse de su hogar y enfrentarse a una nueva etapa en entrando a la universidad no fue fácil para ella, pero lo logró a punta de esfuerzo y fe, dos aspectos que ahora se anima a compartir con los alumnos y alumnas de cuarto medio que participan del proyecto Transición. "Entrar a la universidad es difícil, lograr sobrevivir en lo académico, en lo emocional es un desgaste, pero cuando entré a la vicaría volví a reencontrarme con Cristo porque en los chiquillos veía esa esperanza que yo tenía y la sentía más que nunca, sentí que podía hacer algo por ellos, ayudarlos en su camino, entregándoles consejos, confianza".
Para Katerine Rodríguez, del colegio Instituto Sagrado Corazón de Rancagua, participar del proyecto Transición ha significado contar con una compañía muy cercana. "He sentido mucha compañía, con los encuentros me fui dando cuenta que todos estamos en lo mismo, tenemos los mismos miedos a que la carrera que uno escoja no sea lo que uno esperaba, a cómo va a ser la universidad, a separarse de las compañeras, hay inseguridades, y esto ha servido para hablarlo y para saber que no estoy sola".
Aldo Ríos, profesor de religión y encargado pastoral del colegio San Alberto Hurtado de Quinta Normal, opina que este proyecto es muy importante en tanto "es un proceso relevante en este paso a una vida de definiciones en cuanto a estudios. En eso hay una categoría que la iglesia no puede perder, de identificar el rumbo, de dar cuenta del camino, nuestros jóvenes muchas veces por falta de acompañamiento no cuentan con esa orientación".
El encuentro finalizó con la oración en la cripta del Padre Hurtado, momento en el que el Padre Andrés Moro, Vicario de la Educación, motivó a los escolares a reflexionar en torno a los dones y talentos recibidos. "La pregunta importante que nos hacemos hoy es dónde puedo dar lo mejor que tengo; dónde puedo poner los talentos recibidos para que den fruto, al servicio de los demás". El vicario animó a los jóvenes a ser valientes para tener un camino distinto. "El padre Hurtado pasó su vida queriendo y cuidando a los demás, no tuvo miedo de poner los talentos al servicio de los demás".