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Lunes 1 de noviembre de 2021

Opinión: ¿Sabremos convivir?

Por: Diego García, profesor de Filosofía

Fuente: Periódico Encuentro

Link fuente: http://www.periodicoencuentro.cl/noviembre2021/

Se acostumbra afirmar que se comporta racionalmente quien procura maximizar su propio interés. Pero por ese camino se llega inevitablemente al conflicto con todos aquellos cuyas ambiciones podrían frustrar las mías propias. En el terreno internacional, por ejemplo, se considera “realista” llevar a cabo todo lo que incremente el poder nacional, lo que significa que hay que prepararse para el enfrentamiento, aun cuando se intente postergarlo tanto como sea posible.

Es cierto que los seres humanos tenemos propósitos potencialmente competitivos, pero más cierto aún es que todo cuanto hemos sido capaces de lograr es fruto también y primeramente de largas cadenas de cooperación e interdependencia. ¿Por qué entonces destinamos tan poco esfuerzo a ensalzar la cooperación y no nos preparamos debidamente para fortalecerla? Fratelli Tutti es un gran intento por realizar esa educación para la paz y la amistad social, incluso con quienes se encuentran distantes geográficamente.

Se ha dicho que el cristianismo razona paradojalmente, que es una “i-logica”, porque ama al enemigo, y si alguien toma tu camisa, pues entonces dale también el manto. Estos comportamientos no son los del pusilánime que no sabe defenderse, sino los que quienes por esa vía paradojal intentan desarmar los espíritus para que la invitación a convivir vaya ganando la partida.

El Papa cita el ejemplo de San Francisco en su visita al sultán Lamik-el-Kamil en Egipto, al cabo de la cual exhortaba a sus discípulos a no promover disputas ni controversias, a evitar la agresión o la contienda, aceptando “someterse” de manera humilde y fraterna incluso a quienes no comparten la fe, sin perder por eso la propia identidad. Concluye el Papa este relato diciendo que Francisco no hacía la guerra dialéctica ni imponía doctrinas, sino que comunicaba el amor de Dios.

En esta hora donde enfrentamos retos tan grandes a escala local y global, y donde se advierten signos de tanta fragmentación agresiva, sectaria o xenófoba (se queman los enseres de inmigrantes mientras se gritan vivas por Chile, ¡qué vergüenza!), podemos ensalzar ese desarme de los espíritus y, sobre todo, ponerlo en práctica y llevar a cabo la cooperación, que con tanta humildad y eficacia, es la potencia que anónimamente pone en marcha lo mejor de la sociedad y de la construcción de su futuro.