Lunes 21 de marzo de 2022
Opinión: Parroquia y patrimonio
Para reflexionar acerca de diversas temáticas de la contingencia nacional, con un enfoque cristiano, invitamos a diferentes expositores de la política, la academia, el mundo social y pastoral a compartir su visión.
Por: Patricio Jara, párroco Santa Catalina de Siena, Máster en Historia y Gestión del Patrimonio Cultural Univ. de Los Andes
Fuente: Periódico Encuentro
En el año 2012 dio la vuelta al mundo la noticia de la desastrosa restauración de un Ecce Homo por parte de una feligresa en el Santuario de la Misericordia, en España. Esta realidad puede estar más cerca de lo que se piensa. No son pocas las veces en que se han visto imágenes religiosas en nuestros
templos, hechas con materiales nobles y rasgos que muestran la destreza del artesano, burdamente pintadas, o remodelaciones realizadas por un nuevo párroco que destruye lo que la comunidad valora,
o cuando simplemente se pierde algo que había quedado olvidado en un rincón de la
sacristía.
Para evitar situaciones como las descritas, tener claro el concepto de patrimonio puede ayudar. El patrimonio no es solo lo que tiene un valor artístico y/o histórico, sino también aquello que un grupo cuida y quiere conservar por el valor devocional o de memoria que contiene para ellos y las futuras generaciones. Puede ser material, como los objetos y ornamentos litúrgicos, imágenes religiosas o el mismo templo; o inmaterial, como oraciones, canciones y, con mayor razón, los ritos y el contenido de nuestra fe. Otra categoría que se ha incorporado en los últimos años es la viviente: en el ámbito eclesial, alude a personas que por sus testimonios de vida y fe son buenos de conservar para otros Esto en grado excelso corresponde a los santos.
Teniendo claro lo anterior, es bueno tener un inventario del patrimonio parroquial. Años atrás el Arzobispado de Santiago, con la colaboración de la Universidad Adolfo Ibáñez, levantó uno para la mayoría de las parroquias capitalinas. Puede ser necesario recuperarlo y actualizarlo, en lo posible, con un registro fotográfico general y con detalles significativos de los objetos que se incorporen. Esto no solo ayuda a saber lo que hay que conservar y proteger. Al mismo tiempo, es útil en el caso de un posible robo para avalar propiedad y facilitar a la policía su recuperación.
Antes de deshacerse de algo que ya no tenga uso, es recomendable realizar una investigación simple, preguntando a los miembros más antiguos de la comunidad y/o consultando registros del objeto que se puedan conservar, con el fin de poder establecer si es oportuna una puesta en valor de dicho objeto y si es necesaria una intervención, asesorándose por personas calificadas. Curiosamente, la intervención al Ecce Homo de seguro que ahora forma parte del patrimonio del santuario y del pueblo de Borja, pues ha marcado un hito en la historia de esa comunidad al visibilizarla ante el resto del mundo y generar la atracción de cientos de turistas. Generalmente, una mala restauración no corre esa suerte. Es mejor no arriesgarse, por lo que es recomendable consultar a la comunidad y dejarse asesorar cuando sea necesario.