Click acá para ir directamente al contenido
Artículo

Martes 13 de abril de 2021

Opinión: Acompañando a nuestros adolescentes en pandemia

Para reflexionar acerca de diversas temáticas de la contingencia nacional, con un enfoque cristiano, invitamos a diferentes expositores de la política, la academia, el mundo social y pastoral a compartir su visión.

Por: Doctor César Bustos Guillén, Profesor facultad de medicina U. de los Andes

Fuente: Periódico Encuentro

Link fuente: www.periodicoencuentro.cl

Debido al virus SARS-CoV-2, en la actualidad vivimos sumidos en una serie de terror que parece nunca terminar, con números nuevos y cada vez mayores de infectados y fallecidos a nivel nacional   mundial; con medidas restrictivas cada vez más duras y complejas de llevar. Si bien la realidad de los números es objetiva, no es menos real que cada persona infectada y fallecida tiene un rostro, un nombre, una familia. Desde que todo empezó, esta pandemia nos demostró cómo la enfermedad era capaz de sacar, la gran mayoría de veces, lo mejor de cada uno de nosotros; pero a veces no tanto, sobre todo cuando por cansancio o ligereza empezamos a vivir de espaldas a la realidad de los que sufren, de los que se han quedado solos.

El tiempo ha conseguido que de alguna forma normalicemos la situación actual y nos ingeniemos para vivir como si fuera una realidad que no nos afecta, que no nos toca, pero en el fondo sabemos que no es así. Sin darnos cuenta, le damos la espalda a los demás cuando ayudamos a propagar en los medios y redes sociales novedades conspiratorias, miedos sin fundamentación científica, críticas de todo y por todo. En esta situación de crisis sanitaria, cada uno de nosotros tiene la oportunidad de colaborar en el bienestar de su círculo inmediato y de esta forma, ayudar en el bienestar de la sociedad completa. Además de las medidas personales que cada uno adopta, la mejor forma que tenemos de ayudar es ser parte de la solución, es decir, colaborando con el proceso de vacunación contra este virus que amenaza a cada persona y familia de nuestro vecindario, comuna y ciudad.

Un virus es un organismo inerte que solo se activa, replica y produce daño cuando entra en una persona o en otro organismo donde tenga la capacidad de replicarse. Ahora le tememos a las nuevas variantes, sin pensar que esas variantes se produjeron en personas que se infectaron y enfermaron, es decir, el virus de forma individual no pudo mutar por sí mismo, requirió de la participación de alguien que le brindó sus células para convertirse en un agente más letal. Las vacunas aprobadas contra el SARS-CoV-2 son parte de la solución que tenemos en nuestras manos para poder frenar la expansión de esta infección. Si estamos inmunizados el virus no podrá infectarnos y, por lo tanto, dejarán de aparecer nuevas variantes que aumenten nuestro riesgo de enfermar. Estamos en el momento de mostrar nuestra solidaridad, de entender que vacunándonos nos hacemos parte de la solución. Con ese sencillo acto demostramos el amor que tenemos por los demás, que no les hemos dado la espalda ni los hemos dejado solos.