Miércoles 21 de febrero de 2018
Parroquia San Esteban sufre ataque incendiario
La madrugada de este miércoles, la parroquia de Puente Alto, ubicada en calle Nonato Coo fue atacada con dos bombas molotov, pintura, rallados y botellas. Se trata del segundo acto de violencia en menos de un mes.
Cerca de las 5:00 AM, la puerta del costado del templo fue dañada producto de una bomba molotov, al igual que la reja de la casa del cuidador del lugar, mientras que unas botellas lanzadas a la iglesia en la parte posterior, quebraron un vitral y bombas de pintura mancharon las paredes de la parroquia. En la vereda, en tanto, los atacantes dejaron rayados.
Aunque no hubo personas heridas, monseñor Fernando Ramos, obispo auxiliar de Santiago, al visitar el templo esta mañana dijo: "Creo que estas expresiones de violencia y de vandalismo no ayudan en nada, lo único que hacen es interrumpir la conducta democrática y el anhelo de paz que tenemos todos los chilenos". Agregó: "Yo alentaría a los fieles a no sentirse amedrentados por estos actos violentos, sino que sigan participando en la vida de comunidad. Esta parroquia tiene Adoración Perpetua al Santísimo Sacramento. Hay gente que viene a rezar de día y de noche y estos actos no nos deben hacer olvidar que eso es lo más importante de este lugar, un centro de adoración y de encuentro entre todos".
Vidalina Romo es sacristán del templo, ella pertenece a la comunidad desde la postura de la primera piedra, para ella es un daño moral el que hacen los antisociales: "Me da una pena y una indignación tremenda porque qué sacan con hacer daño, a ellos nos les produce nada más que satisfacción quizás de ver el fuego, pero a nosotros nos hacen un tremendo daño. Este templo nos ha costado a todos muchísimo desde sus inicios, campañas de cementos, de ladrillos, hasta que levantamos el templo. Yo le pido todos los días a la virgencita que cuide la casa de su Hijo".
Hernán González, que fue bautizado en la parroquia y actualmente pertenece a la pastoral juvenil, se sumó a las palabras Vidalina: "Siento impotencia de saber que no estuvimos aquí para ayudar a hacer algo. Es lamentable pensar que para manifestarse ahora hay que quemar una Iglesia, se está transformando en una forma de comunicación. Es terrible".
El templo, el 24 de enero pasado, ya había sufrido un ataque incendiario.