Jueves 11 de febrero de 2021
Cardenal Aós invita a una "cultura de la vida" frente a la eutanasia
Durante la festividad en honor a la Virgen de Lourdes el cardenal Aós se refirió a la misión cristiana de acompañar a los enfermos. Frente a iniciativas que buscan legalizar la eutanasia habló de la importancia de los cuidados paliativos y planteó una paradoja: "¿Qué hermano es aquel al que pidiéndosele alivio y ayuda, ofrece como respuesta la muerte? Tenemos un problema grave como sociedad. ¿Qué presupuesto estamos dispuestos a entregar para la investigación e implementación de cuidados paliativos?".
Fotos: Jorge Salomón
Periodista: Bárbara Guerrero C.
Fuente: Comunicaciones Arzobispado
En una gruta restaurada gracias a la acción solidaria de una familia devota y a la hermosa ornamentación con ramos de flores que los feligreses hicieron llegar a la Virgen, el cardenal Aós entregó su mensaje en el Día Mundial de los Enfermos y los Agentes Sanitarios.
“Oremos por todos, por todos y cada uno para que la esperanza y la fortaleza nos acompañen en esos momentos de cruz y dolor. Pongámonos así en la presencia del Señor y pongamos así a nuestros seres queridos, a los que hemos nombrado aquí y a los que se han nombrado antes de comenzar la eucaristía, y pidamos la misericordia del Señor para ellos y para nosotros”.
Posteriormente, el arzobispo de Santiago reflexionó sobre el impacto del pecado en nuestras vidas y cómo a través de él se introdujo el desorden, el sufrimiento y la muerte tal como la vivimos ahora. “Entró el pecado y nos cayó el dolor y el sufrimiento, por las enfermedades, por la vejez, por los accidentes, por la pena de tristezas, de soledad por el fracaso”, dijo.
Don Celestino recordó a los fieles la importancia de acompañar con paciencia y amor a los que están enfermos, especialmente por los que están sufriendo dolor y por quienes debemos redoblar nuestras atenciones.
“El dolor, el sufrimiento no quita dignidad. Nadie ningún enfermo, ni enfermo físico, ni enfermo mental pierde dignidad por estar en ese estado, son personas y por eso es que nosotros apostamos por su vida”.
"Nuestra oración no puede ser costumbre o mera cortesía"
Una invitación a orar de verdad, con el corazón y acercarnos a la Virgen, nuestra madre, con amor y gratitud hizo monseñor Celestino Aós, quien recordó que aunque a veces creemos que la Virgen no escucha nuestras peticiones y solo oye las de los otros, debemos hacer lo que Jesús nos manda “que hagamos caso a los enfermos y ancianos, que no los dejemos solos y abandonados”.
"Construyamos la cultura de la vida"
Frente a la posibilidad de legislar sobre la eutanasia, tema que se ha estado discutiendo en la opinión pública últimamente, el arzobispo invitó a los cristianos a reconocer que es Dios quien nos pide ayudar a los enfermos a superar el dolor cuando ya la expectativa no es la curación.
“Hablo de una calidad de vida y un acompañamiento hasta la muerte digna (...) Nos sentimos hermanos especialmente de los enfermos y los moribundos. ¿Qué hermano es aquel al que pidiéndosele alivio y ayuda, ofrece como respuesta la muerte? Tenemos un problema grave como sociedad. ¿Qué presupuesto estamos dispuestos a entregar para la investigación e implementación de cuidados paliativos? Hablo de una mejor calidad de vida cuando ya la expectativa no es la curación, hablo de una calidad de vida y un acompañamiento hasta la muerte digna" señaló el obispo.
"Esta la sociedad Chilena de la Medicina Paliativa y la Unidad de Cuidados Paliativos, pero enfocados principalmente al cuidado de los enfermos de cáncer. ¿Y los otros enfermos? Queremos que los recursos se destinen a la eutanasia, a ejecutar la muerte de los que sufren intensamente o queremos ayudarles. Cuidados paliativos, o sea una atención total para su cuerpo, para su mente, para su espíritu. Se lesiona un derecho humano cuando se niega o dificulta la atención espiritual a un enfermo".
"Oremos para que nuestros enfermos. Ni nosotros seamos desinformados pretendiendo que somos más humanitarios ofreciendo la eutanasia, la muerte; sino que Chile vaya construyendo en sus leyes, y en sus hospitales, la cultura de la vida".
Finalizando su homilía, el cardenal pidió a los fieles sean mensajeros de paz, llevando a sus casas la bendición de Dios y los instó a tener paciencia en el cuidado de los familiares y amigos enfermos. “Que la Virgen María nos ampare y bendiga a todos”.
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