Capilla Nuestra Señora de la Paz coronó a su Virgen

Faltaban 10 minutos para las 8 de la noche y las campanas de la Capilla Nuestra Señora de la Paz sonaban más fuertes que nunca. Es que era un día especial, la nueva imagen de su patrona, la Virgen de La Paz, iba a ser coronada. 

"Para nosotros este día es un regalo. La corona y la Virgen fueron donadas por una persona que es muy especial para nosotros. Además, que el arzobispo haya aceptado nuestra invitación es algo muy importante para nosotros como fieles", relató emocionada Carolina Valenzuela, coordinadora parroquial, quien estaba en la puerta de la capilla recibiendo a los invitados.  

Ya comenzada la eucaristía, el cardenal Ricardo Ezzati procedió a coronar la figura de la Virgen, momento esperado por todos los fieles. "Muy feliz he aceptado la invitación de su párroco para venir a celebrar esta fiesta de la Virgen con ustedes, recordando su nacimiento. Ella es aurora y madre de los tiempos nuevos, madre de la esperanza, la madre de Jesús y él es el tiempo nuevo. Jesús es la esperanza y ella nos ofrece la puerta para que Jesús pueda entrar en la historia de la humanidad y en nuestra propia historia, y ser nuestro salvador, nuestro Señor, aquel que nos abre las puertas para la verdadera esperanza. En ella reconocemos a la madre que el Señor nos regala", dijo el cardenal Ricardo Ezzati.    

Además, en su homilía recalcó la importancia de una madre como María. "Sin una mamá la vida humana no tiene sentido, cuánto dolor provoca en una familia la ausencia de una mamá. En la vida espiritual nos sucede lo mismo, sin María que es nuestra madre, difícilmente podemos tener un camino asegurado y reconocernos como hermanos. Es María la que mostrándose madre para cada uno de nosotros se vuelve la fuente de consuelo, de la paz, de la alegría, de la esperanza, y nos indica a todos los demás como hermanos nuestros. Qué bello, entonces, que esta comunidad, que lleva el nombre de María, tenga también el gozo de poner sobre su cabeza una corona. María es reina porque tiene un corazón de madre". 

El pastor de la Iglesia de Santiago invitó a los fieles a que sean "misioneros de María en el ambiente de su trabajo, entre sus vecinos, porque tal vez una de las necesidades más grandes es tener la experiencia de que la Virgen María Madre es aquella que da sentido a la vida. Como cristianos y como comunidad a todos debemos ofrecer la experiencia de encontrar en el corazón de María, el corazón paterno que todos esperamos", señaló el cardenal.       

EL padre Luis María, párroco de la Parroquia Santa María de la Esperanza, de la que es capilla esta comunidad, Nuestra Señora de la Paz, comentó sobre la importancia que tiene la Virgen en esta zona de Santiago. "Por lo general toda la gente en la comuna de Maipú es muy devota de la Virgen, esto es tierra santa, por el Santuario Nacional y por su tradición católica, siempre ha estado vinculada a la Virgen. Es una tradición que se ha extendió en los años, incluso la gente joven queda sorprendida y admirada por esta gran devoción que existe hacia nuestra madre".

Una comunidad activa 

Ruben Rodríguez es uno de los fieles más antiguos que tiene la comunidad. Desde el año 1985 que es parte de ella. "Cuando llegamos aquí esto era un basural y poco a poco hemos ido trabajando para hoy tener lo que tenemos. Para nosotros la Virgen es todo, su importancia es lo que nos mueve y hoy coronarla es una tremenda satisfacción para nosotros como fieles, más aun con la presencia de nuestro pastor", comentó entre lágrimas de emoción. 

El terreno de la capilla cuenta con 10 salas, donde todos los días se entregan diferentes servicios a la comunidad. "Nuestra comunidad es muy movida y comprometida. Tenemos todo tipo de actividades, desde bailes, actividades para jóvenes, EJE, escuela de español para extranjeros, clases de tango y también catequesis y acompañamiento pastoral. Somos una comunidad integral, pensamos que todo esto hace hacercarse más aún a la gente a la Iglesia. Todos los días hay alguna actividad en nuestra comunidad", relató la coordinadora parroquial Carolina Valenzuela, que estaba acompaña de su hijo y esposo.  

Tras la eucaristía y la coronación, la comunidad parroquial tenía preparado unos bailes típicos y un compartir.