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Lunes 2 de diciembre de 2019

“La parroquia no es el templo sino la comunidad”

Monseñor Celestino Aós llegó este domingo a la Parroquia de Nuestra Señora de la Divina Providencia a celebrar sus 55 años junto a sus fieles.

Fotos: Jorge Salomón

Periodista: Carmen Gloria Díaz Meléndez

Para mí significa mucho, es una alegría la celebración de hoy dice el diácono permanente Alejandro Larenas. "Estoy hace 40 años en esta parroquia, estoy desde muy chico. Aquí enterré a mis padres, aquí planté algunos árboles, aquí me casé, aquí me ordené, entonces creo que la parroquia verdaderamente ha significado un segundo hogar, una segunda casa". Recuerda que llegó al coro, "con el pelo hasta los hombros y a pololear con la que más tarde sería mi esposa y de ahí uno va encontrándose con personas. Dios se manifiesta a través de las personas y a través de personas se manifestó y me fue llamando a otras cosas".

Con cariño se acuerda que se fueron generando espacios, pasó del coro a leer, luego a ser ministro de la Comunión. Los sacerdotes de la época, de alguna manera, dice que lo interpelaron, "con esa frase de Alberto Hurtado 'si Dios te dio alas para que te quedas en la superficie' y así me fui encaramando en otros desafíos mayores, en la catequesis, hasta más tarde el diaconado permanente que ha sido una bendición".

Alejandro estuvo en el altar este domingo 1 de diciembre junto a monseñor Celestino Aós, Administrador Apostólico y al párroco Juan Debesa quien inició la misa con un saludo a la comunidad y al obispo, "bienvenido a esta casa que dio vida, cuidado en sus orígenes hasta el año 1956 a niños y niñas que eran recogidos de las calles por las Hermanas de la Providencia y que fueron formados como ciudadanos, como hijos de esta Patria especialmente en oficios. Hoy nos reunimos por nuestros 55 años de parroquia que fue creada en 1964".

La Eucaristía estuvo marcada por los símbolos del inicio del tiempo de Adviento como el color morado y el momento que se enciende la corona de Adviento. Monseñor Aós les dijo a los fieles presentes "la parroquia no es el párroco, ni tampoco el templo, es la comunidad, es la vida entera y es el testimonio que cada uno de nosotros debe dar". Y, agregó, "la parroquia de la Divina Providencia hace 55 años, es un centro, donde compartimos la celebración de la fe, la oración, la vida, la catequesis, la ayuda solidaria".

Los fieles llegaron con ayuda que dejaban a un costado del altar, y los avisos del final llamaban a apoyar distintas acciones para esta Navidad. Jorge Mena y Marcia Venegas, son agentes pastorales y catequistas de la comunidad. Jorge cree que este Adviento hay que vivirlo con esperanza, "de que realmente en la sociedad chilena nazca de Jesús, muchas de las cosas que vivimos lamentablemente es porque le cerramos la puerta de nuestra casa a Jesús, y si le abriéramos la puerta a ese amor que nos hace falta como sociedad, como familias se empezaría a germinar de una u otra forma para cambiar la sociedad". Marcia explica que "al igual que la Virgen María lo esperó por nueve meses, nosotros también lo esperamos. Pidamos a ella que nos impregne de los sentimientos que tuvo de espera, de tanto que rezó para que viniera el Salvador, nosotros también, que venga nos salve y nos ayude en estas situaciones tan difíciles. Que abra los corazones de tantas personas, familias, de tantos muchachos que en ellos hay odio tal vez, violencia, tantas cosas que pueden estar sintiendo, que vean que lo mejor es abrirles el corazón a Dios y que se llenen de amor".

El diácono Alejandro Larenas dice que "es un escenario difícil el que nos encuentra este Adviento, pero también es una invitación a volver a los orígenes, a volver a lo sencillo. Creíamos que estábamos en una isla y no sabíamos que había muchos desafíos sociales y muchos temas de injusticia, de inequidad, y claro nos molesta la bulla, pero también la bulla nos interpela y el Señor nos saca de nuestras comodidades, de nuestras instalaciones y nos presenta una época, nos presenta un tiempo, nos presenta una generación compleja donde tenemos mucho que dar. Esta frase tan antigua que 'mirándote a ti me dan ganas de ser cristiano' son las que van a correr hoy día, porque estamos llamados a ser agentes de paz". Y, continúa, "nosotros en este adviento tenemos ese desafío de enfocarnos en un tiempo de espera, de un tiempo que está llamado a ser de sinceridad, pero que también se había convertido en un tiempo de consumir, de evadirse, de fiesta y ahora parece ser que es una oportunidad de volver al silencio, un poco a la serenidad".

Al finalizar monseñor Aós junto a la comunidad participaron de un compartir fraterno.