Lunes 9 de julio de 2018
Parroquia Inmaculada Concepción reflexionó sobre el significado de ser profeta
Al celebrar la misa este domingo en el Santuario Inmaculada Concepción, en la zona Sur, el Cardenal Ricardo Ezzati alentó a la comunidad a transmitir con paciencia y perseverancia la Palabra de Dios en sus realidades concretas.
Fotos: Jorge Salomón
Periodista: Marcela Maldonado
Fuente: Comunicaciones Santiago
Link fuente: http://www.iglesiadesantiago.cl/
Luego de escuchar la palabra, el arzobispo invitó a la comunidad a compartir una reflexión sobre el significado de ser profeta, resaltando en su homilía que es un llamado de Dios para cumplir su misión. “El profeta es siempre una persona, muy normal, muy sencilla, como lo es un papá o una mamá, que introduce a sus pequeños en el misterio de la fe de Jesús; es un cristiano que siente que lo recibido de Jesús lo tiene que anunciar allí donde vive”.
También expresó que ser profeta no es tarea fácil “la palabra de Dios quiere llegar al corazón del hombre, de la mujer, de la cultura y muchas veces los criterios humanos no son los de Dios. El Señor nos envía a personas concretas y es allí donde estamos llamados a sembrar la Palabra con perseverancia, paciencia, y misericordia”.
Sobre la misión de ser profeta, monseñor Ezzati enfatizó que es la atención a las personas concretas, en los tiempos concretos que a cada uno le toca vivir. “Ser misioneros en la realidad que nos rodea, más que una dificultad debe transformarse en un desafío”. Para sortear estas dificultades recordó las palabras del Señor a San Pablo, señalando que la gracias de Dios basta, “esa es la fuerza, la energía para ser testigos de su amor”, concluyó.
Al finalizar la Eucaristía, el arzobispo manifestó su alegría por el grupo de niños y niñas que se están preparando para el Sacramento de la Primera Comunión que estuvieron presentes durante la misa. El Pastor los animó en el camino de fe que están viviendo y felicitó a sus catequistas y padres por acompañarles. Dos jóvenes de la Pastoral Juvenil de la parroquia este año están a cargo de un grupo de niños de catequesis, una misión que asumieron con mucha alegría y responsabilidad.
María Isabel Carrasco, comentó: “Es mi primer año como formadora, tenemos doce niños entre siete y doce años. Cuando yo me preparé para mi Primera Comunión los catequistas de aquí me entregaron muchos valores como la fe, la esperanza, el creer en un mundo mejor, y eso me enriqueció mucho y ahora yo lo quiero compartir con los niños”.
“Me motiva estar en este grupo de catequesis, quiero seguir creciendo en mi camino de fe, tal vez ser animadora, seguir en el camino de Dios y transmitirlo a los niños. Es una experiencia muy bonita, uno sacrifica un poco de tiempo pero es reconfortante”, agregó la catequista Laura Mino.