Click acá para ir directamente al contenido
Artículo

Jueves 29 de marzo de 2018

"Lavar los pies significa ponerse de rodillas frente al hermano para reconocerlo como hermano"

En la celebración de Jueves Santo, el Arzobispo de Santiago lavó los pies a doce migrantes, conmemorando la enseñanza de servicio que nos dejó Jesús.

Fotos: Nibaldo Pérez - Audiovisual: Sebastián Fuenzalida

Periodista: Lorena Martino y Andrea Ruz

Fuente: Comunicaciones Santiago

Link fuente: http://www.iglesiadesantiago.cl

En la celebración de la Cena del Señor, que da inicio al Triduo Pascual y se conmemoran los grandes misterios de la pasión, muerte y resurrección del Señor, el cardenal Ricardo Ezzati presidió en la Catedral Metropolitana, la celebración con la que se recuerda la "Última Cena" donde se instituyó la Eucaristía y el ministerio sacerdotal. Un acto de amor y de humildad, en el cual Jesús lavó los pies de sus discípulos.

En la homilía, el Arzobispo habló de la importancia del celebrar este día: "La Eucaristía es la certeza de que la vida divina del hijo de Dios sigue impregnando la vida de cada uno de nosotros, la vida de la historia y del mundo aunque muchos no sean capaces de reconocer este amor infinito de Dios".

"El mandamiento de Jesús es que seamos uno, que nos amemos como Él nos ha amado, en la sencillez de la vida cotidiana, lavándonos los pies los unos a los otros. Lavar los pies a los discípulos significa ponerse de rodilla frente al hermano para reconocerlo como hermano, para cogerlo en su necesidad, tenderle no sólo nuestra mano, sino también nuestro corazón", agregó.

En su mensaje, también dedicó palabras a quienes enriquecen la cultura de nuestro país: "En esta tarde, voy a lavar los pies a doce hermanos, niños, jóvenes y adultos que vienen que países hermanos de nuestra América Latina. Este gesto quiere decir que la Iglesia de Santiago y todas nuestras comunidades queremos tener un corazón y manos abiertas para la acogida, integración y para que todo hermano en nuestra ciudad e Iglesia se pueda sentir en su casa".

Al final de su homilía, el pastor dijo: "Este Jueves Santo nos invita a multiplicar los gestos de nuestra solidaridad, nos invita a trabajar para que nuestra ciudad y nuestro país sea una ciudad y país de hermanos, que se vuelva cada vez más un hogar donde hay espacio para todos, y de una manera particular, espacio para quien sufre y se siente solo y abandonado".

La voz de los protagonistas

En el grupo, mujeres, hombres, jóvenes y niños protagonizaron el lavado de pies. Por tercer año consecutivo, fueron doce inmigrantes quienes recibieron el gesto, provenientes de Bolivia, República Dominicana, Chile, Venezuela y Haití, entre otros países.

Beatriz de la Cruz es colombiana, lleva cinco años en el país y tiene 8 meses de embarazo: "Yo me he sentido muy acogida, súper integrada, hace cuatro años pertenezco a la parroquia Latinoamericana. Yo sentí que era Dios mismo el que me estaba llamando y quería que yo estuviera ahí. Me parece un gesto de humildad y muy lindo que el cardenal haga esto por nosotros".

Ángela Álvarez es boliviana y lleva 23 años en Chile. Para ella el estar dentro de la Iglesia es fundamental en su vida: "Me siento muy apoyada en la Iglesia, es tan importante participar para adaptarse en otro lado, es primordial y esto me refuerza que somos importantes también. Para mí es un honor haber participado de esta ceremonia".

Alexandre dos Santos también estuvo en el altar, es brasileño y lleva dos años en Chile: "Yo trabajo en la casa de acogida de mujeres, participo en la parroquia Latinoamericana y me da más significado aún que el lavado sea a migrantes, porque vivo con eso a diario. En cuanto al rito, es especial para mí porque nos hacen sentir como apóstoles".

A su lado estuvo Euris Solís, tiene 36 años y llegó hace seis años de República Dominicana: "Encuentro fabuloso que nos escogieran, me siento agradecido ya que la comunidad migrante ha crecido bastante en Chile en los últimos tiempos y es hora que nos tome en cuenta la sociedad. Siempre cooperamos con la Iglesia y desde ahí me siento acogido".

Con sólo 12 años, Carla García es una de las niñas más pequeñas que participó en el lavado de pies: "Soy chilena, pero represento a México, ya que mi mamá es mexicana. Me parece súper lindo que me hayan escogido, es importante que sea el cardenal que nos lavara los pies. Es emocionante".

Desde el Vaticano

Mensaje en línea con el llamado del papa Francisco. El Santo Padre, desde la cárcel romana de Regina Coeli, lavó los pies de doce presos, donde les dijo: "Jesús quiso hacer este servicio para darnos un ejemplo de cómo nosotros tenemos que servirnos los unos a los otros".

VIDEOS: A continuación se puede revisar la homilía completa del cardenal Ricardo Ezzati y el momento del lavatorio de pies.