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Jueves 24 de diciembre de 2020

La Navidad nos trae la alegría de una Buena Noticia: Jesús Salvador

La afirmación marcó la homilía que el Arzobispo de Santiago, cardenal Celestino Aós, pronunció durante la misa de Nochebuena, que presidió en la Catedral Metropolitana este jueves 24 de diciembre y de manera online producto de la pandemia.

Fotos: Omar González

Periodista: José Francisco Contreras

Fuente: Comunicaciones Santiago

Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl

La liturgia, con las limitaciones de aforo actuales, se transmitió por la redes sociales del arzobispado; fue concelebrada por el padre Luigi Mogone, formador del Seminario Pontificio Mayor de Santiago, y a ella se conectaron numerosos fieles de las parroquias de la capital,  al no poder celebrar de forma presencial el sacramento en esta fecha.

En la procesión inicial, el cardenal Aós llevó en sus manos la imagen de madera del Niño Jesús del pesebre tamaño natural que todos los años se instala en este templo, y lo depositó a los pies del altar, para comenzar la celebración. En este momento invito a que “con más fe, con más fervor”, pidamos en esta noche santa la misericordia y el perdón, para nosotros, para nuestras familias y para el mundo entero”. 

En su homilía, el arzobispo destacó que en esta noche “vamos a cantar la gloria de Dios que se nos manifiesta y entrega hecho Niño recién nacido de la Virgen María en Belén”. Tras ello invitó: “Venid, vamos a cantar por la Virgen María y por todos los que dicen “sí” a Dios, especialmente por esas mujeres embarazadas”. También a cantar “por los que trabajan por la paz”; por la gente buena como los pastores, o los magos o quienes acogieron y ayudaron a la Virgen. Es noche, dijo, para cantar por quienes “se preocupan y cuidan y sirven a los contagiados, a los que sufren duelo por la pérdida de un familiar o ser querido, vamos a cantar por todos los que nacen en esta noche y por todos y cada uno de los humanos”. Porque, precisó, “la vida de un hombre no vale por lo que produzca, porque sea sano o enfermo, joven y productivo o anciano y enfermo y retirado”. Aseguró el pastor que a todos ellos Dios les da un valor tan infinito: por cada uno de ellos, ha nacido Jesús”.

Más adelante, el cardenal Celestino Aós llamó a explicar a los niños qué es nuestra Navidad, por qué respetamos a los niños y servimos a los inmigrantes, por qué nos ocupamos de los enfermos y moribundos, por qué queremos a los ancianos.

En otra parte de su reflexión, el Arzobispo de Santiago dijo que la Escritura santa nos enseña que todo el paso del tiempo es historia de salvación. También las épocas dolorosas o humanamente frustrantes: “No teman porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: hoy en la ciudad de David les ha nacido un Salvador que es el Mesías, el Señor”.

El “mazazo” de la eutanasia

Luego, el pastor manifestó que la Navidad nos examina para ver si hemos aprendido algo o no: “Parecía que estábamos aprendiendo a preocuparnos de los débiles, los contagiados etc., ¡y viene el mazazo de un proyecto de ley que nos descoloca con la eutanasia! La vida no vale, cuenta el dinero, el poder, el proyecto y provecho propios”. Y añadió: “No bastan profesionales del derecho que planifiquen ni literatos que redacten bien textos legales para que avancemos hacia un Chile de la civilización, de la vida, de la dignidad, de la justicia; necesitamos cambiar nuestros pensamientos, necesitamos convertir nuestros corazones”.

Por último, el cardenal Aós afirmó que “nosotros tenemos fe. Es la noche de la fe y de la paz: ‘Un Niño, Jesús, nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado’, será el Príncipe de la paz”. Cada cristiano, expresó,  debe acoger a Jesús: tratar de pensar como él pensaba, de sentir como sentía Jesús, y tratar de actuar como él actuaba. Y terminó con un saludo: “Les deseo una feliz Navidad; por eso, siquiera a través de los medios de comunicación, les repito: vengan junto al nacimiento de su casa, recemos: “Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres amados por Él”.

Antes de la bendición final, el arzobispo Aós envió un saludo especial a los enfermos, ancianos, a los que están más solos y a los que están trabajando en este fecha, en los hospitales, el transporte, las policías, “a tantas personas que se sacrifican por nosotros en esta noche santa. Que la paz que anunciaron los ángeles la tengamos nosotros en el corazón y seamos mensajeros de paz”.