Extraordinarios: Sonia Cartes Pacheco

"Tengo 80 años, estoy pensionada y cada mes dono a mi Iglesia mi 1%, que son $710. No es necesario que les cuente acerca del monto de mi jubilación, porque estoy segura que lo adivinan. A pesar de eso, soy una convencida de que Dios provee todo lo que necesitamos, y gracias a Él nunca me ha faltado nada. Le prometí al Señor que cuando estuviera pensionada, aportaría mi contribución del 1% para los gastos de su casa. Me pensioné cuando tenía 62 años y desde entonces doy cada mes mi 1%, que entrego con amor para lo que pueda servir. Yo pago directamente en la oficina parroquial, porque también es parte de donarse a los demás: ir para allá, darse ese trabajo, y aportar con cariño una platita que ayude a nuestra gran casa común. La pandemia me detuvo porque la oficina funcionaba solo por internet, y yo no manejo tecnología, así que esperé a que hubiera atención presencial, y fui para ponerme al día. Mi aporte no es en cantidad, sino en constancia e intención, y con ello animar a otros a apoyar a nuestra parroquia, que es la casa de todos”.