Extraordinarios: Graciela Pérez Chamorro

“Este tiempo ha sido muy difícil para todos, lo hemos vivido en nuestra comunidad. En el comedor San Esteban Mártir antes de la pandemia se repartían máximo 70 almuerzos, ahora hemos llegado a entregar 250 raciones. Con un grupo de voluntarios, que no nos quedamos indiferentes ante la necesidad, hacemos funcionar el comedor tres veces por semana, ahí llegan personas en situación de calle, abuelitas solas y familias completas que quedaron sin trabajo. Yo dedico gran parte de mi tiempo a esto, a gestionar, conseguir los insumos, pedir ayuda a las instituciones, la municipalidad, la vicaría, algunos particulares. En este proceso mi familia ha sido fundamental, me apoyan muchísimo, mi marido, mis hijos, me acompañan a comprar y también en las visitas que hacemos a los vecinos. Hay muchos que requieren mercadería, me han dicho incluso, que tienen gas, pero nada para cocinar. Así que armamos cajitas y las entregamos. El párroco ha sido fundamental en todas las ayudas sociales, no solo porque nos anima, sino que porque trabaja a la par con nosotros. Me siento bendecida por Dios por darme esta tarea de ayudar a Cristo que está en los rostros de todos quienes necesitan”.