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Martes 23 de noviembre de 2021

Primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe inició su trabajo

El encuentro latinoamericano, cuenta con representantes de las 22 conferencias episcopales de América Latina y el Caribe, y también algunos cardenales invitados provenientes de Europa y Asia. Tras la inauguración oficial, en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en México, se dio inicio a las reflexiones, trabajos en grupos, momentos de oración y testimonios de los participantes en este evento eclesial.

Fuente: Oficina de Comunicaciones CELAM

Link fuente: www.prensacelam.org

Con momentos de oración y con gestos que instaron a profundizar en los orígenes de la identidad latinoamericana, se desarrolló la Primera Asamblea Eclesial de América y el Caribe, en que se ha hecho un llamado a disponer el corazón para discernir en común, teniendo como referencia el texto bíblico que invita a oír la Palabra de Dios y cumplirla. El encuentro comenzó con el saludo del presidente del Celam; el presidente de la Comisión para América Latina y el presidente del episcopado mexicano, quienes dieron la bienvenida a las delegaciones participantes.

Hacia una “escuela de sinodalidad”

El Presidente de la Comisión para América Latina dio la bienvenida a los participantes. “Esta Asamblea debe estar junto al pueblo”, enfatizó Monseñor Miguel Cabrejos, recordando las palabras del Papa Francisco el 24 de enero de este año, cuando la Asamblea fue presentada. El Arzobispo de Trujillo recordaba que Aparecida “nos llama a todos a ser discípulos misioneros, y a pasar de una ‘pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera’”. Por ello pedía que “sea una escuela de sinodalidad”.

Por su parte, el Prefecto de la Congregación para los Obispos y Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, Cardenal Marc Oullet, pidió “que el Espíritu del Señor presente en medio de nosotros nos ayude a discernir juntos cómo reactivar el espíritu misionero que el Papa Francisco nos transmite con su ejemplo y su magisterio”. Para el purpurado canadiense, “la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe es una de las variadas formas cómo la Iglesia reaprende a escuchar y a discernir”, llamando a la comunión eclesial profunda para poder vivir la misión de verdad.

Por su parte, Monseñor Rogelio Cabrera agradeció efusivamente que la Asamblea Eclesial se esté celebrando a los pies de la patrona del continente, definiendo a los asambleístas como huéspedes a los que acoge como ángeles y emisarios de buenas noticias para México. El Arzobispo de Monterrey insistió en que la presencia de cada asambleísta es un signo de la unión que México tiene con el Papa Francisco.

Primera Reflexión: El pastor en la Biblia en primer lugar es Dios

La primera reflexión fue conducida por el Padre Fidel Oñoro, que tuvo un carácter bíblico, abordando “La centralidad de Jesucristo y su Palabra en nuestra acción pastoral”. En sus palabras, afirmó que la Asamblea es fruto de la voluntad divina, remarcando que “el pastor en la Biblia en primer lugar es Dios”. El biblista colombiano señaló que la Escritura “nos abre ventanas de observación y de compresión más profunda”, que “nos saca del analfabetismo espiritual”. Por eso, recalcó que “sólo escuchando la Palabra podemos percibir qué es lo que Dios nos dice y nos pide, podemos llegar a descubrir nuestra misión y a qué somos llamados”.

Los trabajos en grupos para el discernimiento comunitario

Un elemento decisivo en el desarrollo de la Asamblea serán los pequeños grupos de discernimiento comunitario, donde se encuentran virtualmente todos los miembros de la Asamblea, tanto los que están en Casa Lago, la sede de la Conferencia Episcopal Mexicana, como quienes se conectan desde todos los rincones del continente. Será lugar para compartir experiencias eclesiales que enriquecerán a la Iglesia del continente.

Ver a los jóvenes en los espacios de decisión

También cada día se realizará una rueda de prensa, con la presencia de un Obispo, un sacerdote, una religiosa y una laica. Este lunes participó el Cardenal Odilo Scherer; la hermana María Dolores Palencia; el padre Leo Pérez, OMI; y la joven Ligia Elena Matamoros. En sus intervenciones, destacaron la expectativa de ver por “donde el Espíritu de Dios nos conduce”, el llamado a “retomar nuestro compromiso bautismal”, la necesidad de “ver a los jóvenes en los espacios donde se planean las cosas, donde se toman las decisiones”, y de no tener las respuestas hechas, algo propio del clericalismo.

Los asambleístas están experimentando una gran alegría y entusiasmo en este proceso sinodal, manifestado en los testimonios compartidos por algunos de ellos, algo que se repetirá cada uno de los días. Las diferentes voces, unas presenciales, otras virtualmente animaron a todos con un entusiasmo que nace de caminar juntos, en comunión.

Primer Panel: El camino de la Asamblea Eclesial

Otro momento importante en el desarrollo de la Asamblea Eclesial será los paneles diarios para profundizar los temas del día con la ayuda de pastores y expertos. Este lunes reflexionando sobre el camino de la Asamblea Eclesial, el Cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga puso de manifiesto las raíces de este momento, llamando a los asambleístas a que procuren escuchar los clamores de los hermanos más pobres y olvidados, a que hagan una pedagogía sobre la sinodalidad, desconocida y temida por quienes prefieren hacerse a un lado.

En este primer panel, también participó la Hermana Birgit Weiler, quien destacó que, “en todo el proceso se notó la gran importancia que tiene la actitud y práctica de la escucha como elemento central en un discernimiento comunitario y la vivencia de la sinodalidad”. La religiosa hizo hincapié en la necesidad de “reconocer a las mujeres como protagonistas en nuestras sociedades y sobre todo en nuestra Iglesia”, algo presente en el proceso de escucha. También la necesidad de superar el clericalismo, la auto referencialidad, que les lleve a vivir este kairós.

La riqueza de este proceso se conoce a través de testimonios que muestran cómo la Asamblea Eclesial ha llegado a los lugares más remotos, sujetos que dan sentido a la sinodalidad, en palabras de Mauricio López, quien fue el tercer panelista de este primer día. Se trata de tocar el corazón de las instancias eclesiales, de estar presentes cuando el corazón está lastimado, de acompañar a las víctimas de la pandemia, a las mujeres que sufren violencia, a los migrantes, a los pueblos a quienes sus territorios les son confiscados, de superar las cegueras que a ejemplo de Bartimeo nos impiden seguir a Jesús.

Poner todo en manos del Señor y de María

Antes de concluir la primera jornada de trabajos de esta Asamblea Eclesial se tuvo la celebración Eucarística que fue presidida por el Cardenal Pedro Barreto. En su homilía, centrada en el Evangelio de la viuda, dijo ver este pasaje como “programa de vida que hoy con la gracia de Dios estamos cumpliendo”. La viuda simboliza a la Iglesia y a cada uno de nosotros, invitando a reconocer que somos pobres, frágiles y pecadores. Ante esto, Jesús nos dice que hay un camino por recorrer, que nos lleva a entender que la vida entregarla, porque confiamos en Dios. El Presidente de la REPAM recordó a las víctimas de la pandemia y reflexionó sobre las políticas en el continente, que “no buscan el bien común y sí intereses subalternos”. La viuda muestra el rostro femenino de la Iglesia, que piensa en el otro, en el nosotros, que nos lleva a salir de nosotros mismos para que nuestro centro sea Jesús.

Al concluir el primer día de Asamblea toda la jornada fue colocada en las manos de María con el rezo del Rosario. A ella fueron confiados la vida y los dolores del pueblo latinoamericano y caribeño, especialmente de los vulnerables, de aquellos que sufren el dolor, muchas veces provocado como consecuencia de la injusticia, que encuentran en el regazo materno de aquella que es invocada con tantos nombres, el consuelo amoroso para quien padece.