Domingo 10 de agosto de 2025
Religiosos y consagrados celebran su jubileo con un llamado a la esperanza
En el Santuario de Schoenstatt, en La Florida, tuvo lugar el Congreso Nacional de la Vida Consagrada, un encuentro que reunió a participantes de todo Chile para reflexionar, orar y explorar nuevos caminos en su misión.
Periodista: Comunicaciones Arzobispado de Santiago
Durante tres días, religiosas, religiosos y laicos consagrados se reunieron en el Santuario de Schoenstatt, en La Florida, para vivir el Congreso Nacional de la Vida Consagrada, en el contexto del Año Jubilar y bajo el lema “Peregrinos de esperanza”.
El evento comenzó el viernes 8 de agosto con una reflexión del padre Carlos Álvarez, SJ, sobre el significado actual de ser consagrado. El sábado, Mariola López Villanueva, RSCJ, profundizó en la idea de la vida consagrada como “una esperanza que transforma”, y el domingo, un panel de conversación permitió dialogar sobre los desafíos pastorales, las motivaciones y las dificultades que enfrenta esta vocación.
“El congreso ha sido una experiencia fantástica de reflexión, de interioridad y de plantearse preguntas para que cada comunidad pueda descubrir cuáles son los caminos a seguir”, comentó el padre Rodrigo Delazar Michea, vicario para la Vida Consagrada e Institutos de Vida Apostólica.
El programa también incluyó una obra de teatro que retrató distintas escenas de la vida comunitaria y de la entrega misionera, invitando a la reflexión y al diálogo entre los asistentes.
Para la hermana Alejandra Contreras, del equipo organizador, la convocatoria fue muy positiva: “Estamos muy felices porque la participación fue excelente. Queríamos revitalizarnos como consagrados y mirar el mundo de hoy con los ojos de nuestra vocación”.
Doralisa Martínez, religiosa dominica de la presentación, expresó: “Me gustó mucho volver a encontrarme con los consagrados de distintas congregaciones. Este tiempo nos ayuda a revitalizarnos en la misión que el Señor nos encomienda”. Francisco Mendoza, de la comunidad Convivencia con Dios, añadió: “Las ponencias fueron potentes e interpeladoras para nuestra vida”.
El encuentro concluyó con la Eucaristía presidida por Mons. Alberto Lorenzelli, Obispo Auxiliar y Vicario General del Arzobispado de Santiago, quien recordó que la vida consagrada “es poner a Dios al centro de la propia vida y fijar los ojos en Jesús”, e invitó a vivir con alegría y pasión este llamado. Después, los participantes peregrinaron hasta el santuario para recibir la indulgencia plenaria, como signo de este tiempo jubilar.