Lunes 14 de julio de 2025
Misa de Fray Andresito: vivir la santidad en lo cotidiano
La tradicional celebración mensual en la Iglesia Recoleta Franciscana reunió a cientos de personas que acudieron el 14 de julio a agradecer favores atribuidos al fraile, cuya figura sigue inspirando por su ejemplo de humildad, servicio y misericordia.
Periodista: Comunicaciones Arzobispado
Recoleta, 14 de julio de 2025. Cada día 14 del mes, los devotos de Fray Andresito se reúnen en la Iglesia Recoleta Franciscana para rendir homenaje al fraile que conmovió a generaciones por su vida sencilla y entrega a los más pobres. En esta ocasión, la eucaristía fue presidida por Mons. Alberto Lorenzelli, quien recordó que la santidad también puede vivirse en lo ordinario, con misericordia y fidelidad cotidiana.
Durante la homilía, Mons. Lorenzelli destacó que Fray Andresito no fue un hombre de discursos, sino de gestos concretos. “No necesitaba palabras para hablar de Dios: su sola presencia evangelizaba”, afirmó. “Vivió profundamente las palabras de Jesús: el que quiera ser el primero, que se haga el servidor de todos”. Su ejemplo, agregó, es un llamado a mirar el rostro de quienes sufren y tocar sus heridas con compasión.
El obispo valoró la vigencia del mensaje de Fray Andresito, cuya vida sencilla continúa interpelando a los cristianos de hoy. “En una sociedad marcada por el orgullo y las apariencias, su figura nos llama a volver a lo esencial: vivir el Evangelio con humildad, caridad y servicio”, expresó.
Después de misa algunos devotos compartieron testimonios de gratitud. Mariela González, quien asiste desde comienzos de año, relató: “me fracturé la pierna y vine con mucho dolor. Desde que empecé a venir los 14, he mejorado muchísimo. Hoy hasta corro”. Para Roberto Fonseca, la devoción es constante: “siempre me ha cumplido, así que vengo todos los 14 a agradecer”.
El diácono permanente de la parroquia San Esteban de Puente Alto, Roberto Maureira compartió una experiencia de fe y sanación: “Se me cortó la aorta, estuve al borde de la muerte. Los médicos no tienen explicación de por qué viví. Mi esposa me puso en manos de Fray Andresito. Por eso estoy aquí, agradecido de Dios y Fray Andresito”.
Al finalizar, Mons. Lorenzelli dejó una invitación: “Fray Andresito fue santo no por milagros espectaculares, sino porque vivió cada día como un don de Dios, con alegría, fidelidad y esperanza. Que su ejemplo no quede solo en un recuerdo piadoso, sino que se traduzca en gestos concretos de nuestra vida. Que también nosotros podamos escuchar algún día aquellas palabras que seguramente él ya escuchó: Ve, siervo bueno y fiel”.