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Domingo 20 de abril de 2025

Catedral de Santiago vivió una emotiva Vigilia Pascual presidida por el Cardenal Chomali G.

La noche del 19 de abril, la Catedral Metropolitana de Santiago fue el corazón de una profunda celebración de esperanza y renovación: la Vigilia Pascual. Presidida por el Cardenal Fernando Chomali Garib, Arzobispo de Santiago, y transmitida en vivo por Canal 13 y las plataformas digitales del Arzobispado, la liturgia marcó el tránsito del silencio del Sábado Santo al gozo luminoso de la Resurrección.

Periodista: Nazareth Quezada A.

La ceremonia comenzó a las 19:30 horas con el tradicional encendido del Cirio Pascual, símbolo de Cristo resucitado que ilumina la oscuridad. En una homilía marcada por la compasión y la denuncia, el Cardenal Chomali dirigió un mensaje a quienes viven situaciones de dolor: madres que acompañan a sus hijos enfermos, familias que sufren la pérdida o desaparición de seres queridos, víctimas de la corrupción y del narcotráfico. “Jesucristo ha resucitado y todos nuestros sepulcros también pueden estar vacíos”, dijo, invitando a la conversión y al compromiso activo por una sociedad más justa.

El Arzobispo destacó que la esperanza no es una emoción pasajera, sino una certeza fundada en la victoria de Cristo sobre la muerte. “El mejor servicio que podemos ofrecer a las futuras generaciones es el Evangelio, porque cambia el corazón”, afirmó, llamando a dejar atrás la indiferencia y a participar activamente en la vida de la Iglesia y del país.

En su mensaje pascual difundido horas antes, el cardenal subrayó el valor de la liturgia como espacio de unidad, fe y fraternidad, especialmente en este Año Jubilar convocado por el Papa Francisco. “En medio del ruido de ciudades cada vez más deshumanizadas, el sagrado silencio del Sábado Santo inunda el alma con una inquebrantable confianza en Dios”, expresó.

Además, renovó su invitación a redescubrir la misa dominical como fuente de vida y comunión, destacando que “seremos creíbles ante el mundo en la medida en que nos ocupemos de los más necesitados de la sociedad”.

La celebración concluyó con un ambiente de júbilo, reforzando la certeza cristiana de que el amor es más fuerte que la muerte y que, incluso en medio del sufrimiento, “nada nos separará del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús”.