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Sábado 15 de marzo de 2025

Más de tres mil personas participaron en el Jubileo de los Agentes Evangelizadores en Santiago

El estadio Marista y el templo jubilar Gruta de Lourdes, fueron el epicentro de un encuentro de fe y misión con la celebración del Jubileo de los Agentes Evangelizadores, una jornada que reunió a más de tres mil personas provenientes de diferentes zonas de Santiago. No fue una actividad más en la agenda pastoral, sino una experiencia transformadora que fortaleció la vocación evangelizadora de los participantes.

Fotos: Nathalia Bolaños

Periodista: Nazareth Quezada A.

Desde las primeras horas del día, evangelizadores, catequistas y fieles comprometidos comenzaron a llegar al lugar del encuentro. Familias completas participaron de la jornada, reafirmando que la evangelización es un camino que se recorre en comunidad. "Vine con mi esposa y mis hijos porque creemos que anunciar a Cristo es una tarea que se vive en familia. Nos llevamos un impulso renovado para seguir sirviendo en nuestra parroquia", comentó Jaime Huerta, agente evangelizador de la zona sur.

La jornada estuvo marcada por momentos de oración, catequesis y una peregrinación cargada de simbolismo, donde los participantes recordaron que su labor es llevar esperanza y luz en medio de los desafíos del mundo actual. En su intervención, el Cardenal destacó la importancia de la evangelización como un servicio esencial: "Anunciar a Jesucristo es el mejor servicio que podemos hacerle a la humanidad, porque cielo y tierra pasarán, pero su palabra no pasará".

En su mensaje central, el Cardenal enfatizó tres ideas clave para los agentes evangelizadores: "El amor de Dios por nosotros es infinito. Dios me amó y se entregó por mí. Él nos tejió en el vientre de nuestra madre. No tenemos espacio para el pesimismo y la tristeza, porque aunque la vida tenga dificultades, Dios es más grande que ellas". En segundo lugar, "que el jubileo nos ayude a cambiar de vida, a pesar de las situaciones que nos oprimen a aquellas que nos liberan para amar, que es nuestra vocación fundamental". Y, por último, recordó que "cielo y tierra pasarán, pero la palabra de Dios no pasará, porque Él nos prometió estar con nosotros hasta el fin de los tiempos".

Uno de los momentos más significativos fue la reflexión sobre la misión evangelizadora en la sociedad actual. "No podemos mirar a Chile desde un balcón, cada uno de nosotros es responsable de su país. Nos corresponde sembrar esperanza donde hay desesperanza, amor donde hay odio", enfatizó el Cardenal en su mensaje.

El Jubileo concluyó con la Misa final, en la que se destacó que "Jesucristo nos dice que tenemos que compartir. El mundo nos dice que busquemos los primeros lugares, pero el Señor nos llama a buscar los últimos. Nosotros, los evangelizadores, estamos llamados a dar frutos en abundancia, el fruto de la misericordia, de trabajar por la justicia y de ser forjadores de la paz". También se recordó el mandamiento del amor: "Nuestra comunidad no es la comunidad de los buenos, sino de los necesitados de Dios, de los que creemos más en la fuerza de Dios que en la nuestra".

Mientras el encuentro llegaba a su fin, muchos participantes coincidieron en que la jornada había sido más que una actividad pastoral; había sido un reencuentro con el llamado profundo a ser testigos del Evangelio en sus comunidades y familias. "Ser parte de este Jubileo ha sido una bendición. Como joven evangelizadora, veo que hay una misión concreta en nuestra Iglesia: hacer que más jóvenes se sientan parte y protagonistas. Hoy me voy con la convicción de que Dios nos llama a ser luz para otros", compartió Francisca Ahumada, agente evangelizadora de la zona oriente.

La Vicaría Pastoral de la  Iglesia de Santiago, a través de este Jubileo, recordó a sus agentes evangelizadores que su misión no se agota en una jornada, sino que se prolonga en el día a día, allí donde cada uno ha sido llamado a ser sal y luz en el mundo.