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Viernes 14 de marzo de 2025

Sacerdotes de la Arquidiócesis de Santiago concluyen retiro espiritual con un renovado compromiso pastoral

Este viernes, cuarenta sacerdotes de la Arquidiócesis de Santiago finalizaron su retiro espiritual en el Santuario de Santa Teresa de los Andes, un tiempo de oración y reflexión que les permitió profundizar en su vocación y fortalecer su vínculo con Dios. Durante la semana, los presbíteros vivieron jornadas de meditación, Eucaristías y momentos de silencio, elementos esenciales para renovar su compromiso pastoral y su servicio a la comunidad.

Fotos: Nathalia Bolaños

Periodista: Nazareth Quezada

El retiro fue dirigido por el padre Carlos Ponza, sacerdote del clero secular de la Arquidiócesis de Córdoba, Argentina, quien destacó la importancia de estos encuentros para la vida sacerdotal:

 "Nuestra vida está muy marcada por el trabajo apostólico, por la acción. Sin embargo, siempre se nos ha remarcado la necesidad de detenerse, de pensar más profundamente y de hablar con Cristo, de quien nuestra vida es testimonio. Este grupo de 140 sacerdotes ha vivido un clima de silencio y oración muy bueno, lo que me deja edificado al ver a hombres que quieren servir a Dios y hacer el bien a la gente”, señaló.

Para muchos participantes, esta instancia representó un momento clave para volver a lo esencial y recordar el llamado de Dios en sus vidas. Así lo expresó el padre Pablo Palma, párroco de la Parroquia Sagrada Familia de Quilicura:

“Venir al retiro siempre es un regalo de inicio de año, para comenzar un nuevo tiempo pastoral de la mano del Señor. El predicador nos invitó a volver al primer amor, a ese momento en el que Dios nos llamó. Fue muy significativo hacerlo aquí, en el Santuario de Teresita de los Andes, quien ha sido mi aliada en la vocación y quien también me sostiene de la mano del Señor", comentó.

Por su parte, el padre Mauricio de Labarca, párroco de la Zona Norte de Santiago, compartió la riqueza espiritual que le dejó esta experiencia:

"Este retiro nos ayudó muchísimo a cultivar la amistad con el Señor. Nos llevamos la sensación de ser confirmados por el fuego de Dios, que es su amistad y su gracia. Es una amistad que se traduce en un servicio y en un compromiso de Dios para cuidar siempre de quienes ama", afirmó.

El retiro concluyó con la celebración de la Eucaristía, un almuerzo fraterno y el envío de los sacerdotes de regreso a sus comunidades. En un mundo lleno de desafíos y exigencias pastorales, estos espacios de retiro resultan fundamentales para que los pastores de la Iglesia puedan mantenerse firmes en su vocación, profundamente conectados con Dios y fortalecidos para seguir guiando a su pueblo con amor y entrega.