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Martes 7 de enero de 2025

Para Meditar: Vacaciones 2025

Por: Cardenal Fernando Chomali G.

Muchas familias saldrán de vacaciones. Dejarán su rutina diaria para estar más tiempo con la familia y realizar actividades que durante el año no resultan fáciles de hacer. Quien pueda disponer de un tiempo con mayor libertad de acción, independiente del lugar dónde vaya, ha de estar muy agradecido y sobre todo ha de aprovecharlo muy bien. Lo propio del hombre no es sólo hacer sino que también descansar y, sobre todo, contemplar, es decir admirarse de todo cuanto ha hecho durante el año y hacer un balance.

Es un momento privilegiado para dar gracias a Dios y a las personas que nos acompañan y ayudan. Junto con ello es el tiempo de conversar más, especialmente con los hijos, que si de algo se quejan es que se sienten solos. Los apuros en las vacaciones son un mal signo de cómo se está viviendo este tiempo y la propia vida, como también sentirse imprescindible y llevar consigo celular, notebook, Internet, etc.

El apuro constate y la imperiosa necesidad de “estar conectado” son un signo de falta de paz interior y de querer evitar y evadir lo que más necesitamos y lo que más nos cuesta: encontrarnos con el otro en cuanto otro, y preguntarnos cómo estamos, qué es lo nos pasa en lo más profundo de nuestro ser. ¿Señor, le ha preguntado a su señora y a sus hijos cómo están? ¿Y usted señora, lo ha hecho con su marido y sus hijos? Las vacaciones son un tiempo privilegiado también para pedir perdón por lo que se hizo mal, por lo que se dejó de hacer y proponerse metas para el año que comienza.

Las vacaciones adquieren su sentido muy profundo cuando calan en las relaciones humanas y en la propia vida. Dado que no estamos con la presión de todos los días, viene muy bien preguntarse por el rumbo que lleva nuestra vida y la de nuestros seres queridos. Si alguien asocia vacaciones a solo “pasarlo bien” estoy cierto que lo pasará muy mal dado que ciertas formas de pasar el tiempo suelen dejarnos vacíos y las más de las veces “agotados”. ¡Cuanta conversación inútil¡ ¡cuánto tiempo gastado en criticar, y muchas veces, porque no hay nada interesante en nuestras propias vidas¡ Las vacaciones nos debiese permitir leer más. Les recomiendo algún tratado de filosofía o de historia. Muy interesantes resultan las biografías. A los católicos y a los hombres de buena voluntad les recomiendo que lean el magisterio de los Pontífices. Es fácil acceder a ellas porque están las redes. Las vacaciones también son un tiempo privilegiado para hacer más ejercicio físico y dormir.

Hay muchas personas, las más me atrevo a decir, que no saldrán de vacaciones. En efecto, son muchas las familias que dada su precaria situación económica no podrán cambiar de ambiente y tendrán que quedarse en sus casas, que en general suelen ser estrechas. Ellos tendrán que redoblar su creatividad para poder disponer de más espacios de afecto al interior de la familia y de esparcimiento. Pero también es un tiempo de mayor solidaridad respecto de aquellos que no pueden salir de vacaciones y ofrecerles todo cuanto esté a nuestro alcance para que lo hagan.

Desde este punto de vista aplaudo las iniciativas de los municipios y de las regiones en favor de los más necesitados. Aplaudo también a tantos estudiantes de educación media y universitaria que dedican parte importante de sus vacaciones a misionar, hacer trabajos comunitarios o bien a organizar vacaciones de los niños, ancianos, enfermos y carentes de familia que por sí solos no podrían hacerlo. Gracias les doy en nombre de todos ellos. Felices vacaciones.